No ha cumplido un año al frente de la Alcaldía de Bogotá, y ya Samuel Moreno parece tener el sol a la espalda. La más reciente encuesta de Invamer-Gallup indica que sus índices de aceptación apenas llegan a 31 por ciento. El 58 por ciento desaprueba su gestión.

El desplome se debe en buena medida a que los bogotanos, lejos de ver avances, sienten que la ciudad ha retrocedido o empeorado en aspectos como la movilidad, la seguridad y el estado de las vías. "La gente no ve en Moreno a un ejecutor o gerente", dice Nicolás Uribe, representante por Bogotá, y el ex concejal Juan Carlos Flórez agrega: "Las encuestas reflejan el inconformismo de la gente porque el Alcalde no sabe para dónde va".

Más aun, los ciudadanos no ven con claridad una política bandera de la Administración, como en su momento fue la disminución de la violencia para Antanas Mockus, plan que bautizó 'Vida Sagrada' y cuyo objetivo fue crear cultura ciudadana. O la de Enrique Peñalosa que fue hacer de Bogotá una ciudad incluyente mediante la recuperación del espacio público y que convirtió a TransMilenio en modelo para otras ciudades. O la de 'Lucho' Garzón y su 'Bogotá sin indiferencia', que buscó combatir el hambre en los sectores más deprimidos.

El Metro se perfiló inicialmente como la gran carta que jugaría Moreno, pues de hecho su promesa de construirlo le significó llegar al Palacio Liévano. Pero el proyecto se ha desdibujado y ha ido perdiendo fuerza, pues se trata de una iniciativa muy costosa y de largo plazo que, además, no solucionaría el problema de movilidad.

Por otra parte, nadie sabe realmente cuál es el modelo de ciudad que tiene Moreno en la cabeza y el programa 'Bogotá Positiva' no dice nada al respecto, ni hasta el momento se ha traducido en programas concretos. "Desde que Jaime Castro llegó a la Alcaldía no habíamos estado en una incertidumbre tan grande respecto a las soluciones de los grandes problemas de Bogotá", asegura Carlos Galán, concejal de Cambio Radical.

A esta incertidumbre contribuyen los anuncios contradictorios del Alcalde y la falta de decisión para adoptar medidas. "Toda decisión importante ha sido aplazada -sostiene Flórez-. Por ejemplo, dijo que iba a iniciar la fase III de TransMilenio en octubre y ahora dice que en enero, y el secretario de Movilidad dijo que el Sistema Integrado de Transporte estaría listo al finalizar 2008 y ahora habla de 2011".

El ex alcalde Paul Bromberg, por su parte, recuerda que las encuestas del primer año de gestión de Peñalosa no lo dejaron bien parado, pero que al año siguiente las cosas cambiaron. "Los bogotanos se dieron cuenta de que tenía algo qué ofrecer, todo lo contrario de lo que está pasando con Moreno que no tiene nada para brindar".

Inseguridad y clientelismo

La caída de Moreno también es atribuida a que no ha hecho gran cosa para resolver uno de los problemas más críticos de Bogotá: la inseguridad. Y como ella es la que más afecta al ciudadano de a pie, es un factor que podría haber incidido fuertemente en los resultados de la encuesta. "Las cifras de homicidios son alarmantes -dice David Luna, ex concejal y actual representante por Bogotá-. Los hurtos se han incrementado y lo más grave es que la percepción de la gente no es que la pueden atracar en la calle, sino que en realidad la atracan".

El presidente del Concejo, Hipólito Moreno, no puede ocultar su asombro por el descalabro de Moreno. "Es la primera vez que el Concejo tiene más popularidad que el Alcalde -dice-. Y eso se debe a que Samuel perdió comunicación con los ciudadanos y no ha logrado que sus dos grandes temas, el Metro y no crear nuevos impuestos, sean tomados con seriedad".

El manejo clientelista que Moreno le ha dado a la Alcaldía es otra de las razones que, según sus críticos, incluidos miembros de su partido, explicarían su desplome en las encuestas. "En esta administración ha tomado fuerza el clientelismo -asegura Flórez-. Se ha fortalecido la maquinaria Moreno Rojas y el proyecto de la Alcaldía no interpreta el sentir de la inmensa mayoría de los bogotanos".

Por su parte, el senador Gustavo Petro, del mismo partido del Alcalde, sostiene: "Moreno debe rectificar, entre otros temas, la construcción de su política clientelar".

Además, el parlamentario dice que el Alcalde tiene espacio de maniobra y que si quiere mejorar la percepción negativa que los bogotanos tienen de su gestión, debe revisar cuatro temas clave: educación de calidad, compromiso ambiental con la ciudad, continuar el programa 'Salud a su hogar' y, lo más importante, avanzar en la creación de un banco distrital como fuente crediticia para generar productividad. "Moreno está a tiempo de tener un diálogo programático con su partido para discutir estos temas", señala Petro.

La pelota está en la cancha de Moreno. De él depende dar el timonazo para corregir el rumbo de su Administración, pues de seguir con el que lleva la ciudad experimentará un bajonazo de las dimensiones del que él mismo ha sufrido.

Pero no solo eso: será un golpe de gracia para el Polo que, por segunda vez consecutiva, llega al Palacio Liévano. El Alcalde debe decidir en función de quién quiere gobernar: de los bogotanos o de sus propios intereses.