Un ciudadano israelí vive uno de los barrios más pobres de Tel Aviv con sus 32 mujeres y sus, aproximadamente, 89 hijos.
Aunque las cifra podría ser mayor. "Hay unos 180 hijos repartidos por todo Israel", calcula Tehlia, una de las mujeres que conviven con él. "Cuando sus hijos salen por la mañana a la guardería, parece como la salida de nuestros antepasados de Egipto.
"¡Es increíble cuantos niños hay!", cuenta un vecino.
Para algunos, Goel Ratson es una especie de "Mesías", pero para la mayor parte de vecinos que le conocen, simplemente es un caradura.
Y esto no sólo por su peculiar familia, sino por el control talibán que ejerce sobre sus mujeres, a las que tiene prohibido comer carne, abrazar a sus padres, fumar, beber alcohol o vestir de forma “provocativa”.
Ratson ha montado alrededor de su vida, conyugal y familiar, una especie de secta desde hace 30 años, cuando entonces era un adolescente.
Según el blog Oriente Próximo, el hombre no recuerda los nombres de todos sus hijos, pero "conoce bien el cuerpo de sus muchas mujeres".
Presume de una potencia sexual descomunal y se muestra jactancioso cuando le preguntan por su secreto: "Tengo todas las facultades que una mujer quiere las medidas que una mujer quiere.
Todo el cariño que una mujer busca. Lo tengo todo".