Un pastuso que llega a la taquilla de un cine, en cinco ocasiones compra boleto. Después de la quinta vez le pregunta el taquillero: -¡Bueno Señor, ya es la quinta vez que compra boleto! ¿Qué le pasa?
Y él responde:
-¡Es que cada vez que entro ese huevón que está ahí en la entrada me lo rompe, pues!