No tienes idea de lo que es dormir con el enemigo,
hacerle el amor cada noche y sentir el sabor del labial barato que la nena de las 7:00pm usa,
respirar el suave aroma de un perfume femenino que no es el tuyo,
ver estragos en su piel que tu cuerpo no hizo,
sonreír al amante ajeno y fingir ser libre,
desearle un buen día a quien te mostrará los estragos de la lujuria.

No tienes idea de lo que es hacerle el amor,
no tienes idea de lo que es hacerle el amor estando a pocos metros del arma cobrará tu venganza,
no tienes idea del morbo que se despierta en tu cuerpo,
ese morbo de una fantasía que pronto será realidad:
asesinar a tu amante.

No tienes idea,
no alcanzas a imaginar el placer que produce acabar con la vida del bastardo que agotó tu dosis de lágrimas,
el mismo bastardo que te dio infinitas noches de placer,
el mismo bastardo que amaste con enfermedad.
No tienes idea del placer extasiante que te invade matarlo justo después de un último orgasmo,
el último y mas cruel de sus orgasmos,
el más pleno de los tuyos,
placer letal.

No tienes idea,
excitante como nada verlo dormir con el sabor de tu entrepierna en su boca,
excitante como nada ver el plomo consumir su vida,
excitante como nada imaginarla maldecirte y suplicar al cielo que lo devuelvas,
excitante como nada sacar el rencor de tus venas, cambiarlo por una bala.