Cuan ardiente te percibo, corazón indómito,
Agraciados en tu valle asentarse desean los azulejos,
Mas por asir cautivo un delirio ignito,
Hallarse resignados deben cual ańejos.
Recuerdos malos , amor, “munin” te trajo,
Pues tanto “hugin” extravagante has criado
Que dejado te hubiesen esos cuervos cegato
Tal mi ánimo, anhelante ante tu abrigador arribar
Que mi frenesí de su misantropía distó
Y pudiste, en mi intrínseco leńo anidar
Pues Escudrińar quieres al latir salvaje que te enamoró