En el aeropuerto, a las 11:40 p.m. de la noche del sábado, el onceno Real Cartagena, sus directivos y periodistas posaron para todos los medios del país.
El equipo cartagenero, en el carro de bomberos, se paseó triunfante por todas las calles de la ciudad antes de arribar al estadio Jamie Morón, donde más de 4.000 hinchas lo esperaban.
La celebración del sábado en la noche en La Heroica, tras el ascenso logrado por el Real Cartagena a la Primera A, sencillamente fue algo emocionante, sensacional, como para nunca olvidar.
A las 11:33 de la noche tocaron suelo cartagenero los grandes artífices del título de la Primera B, ese campeonato que se alcanzó gracias a una victoria por un marcador global de 4-2 ante el combativo equipo de Rionegro.
La bienvenida fue calurosa, como tenía que ser. En el aeropuerto Rafael Núñez de un momento a otro todo se convirtió en un caos. La llegada de los campeones emocionó a los miles de aficionados que se hicieron presente en este sitio para profesarles un cariño sincero y verdadero.
Joaco Berrío, gobernador de Bolívar, quien en la zona de equipaje esperó impaciente a los jóvenes cartageneros, fue el primero en felicitarlos.
“Gracias por darle esta inmensa alegría al departamento de Bolívar. Ustedes fueron unos auténticos guerreros y se merecieron siempre ese título. Sudaron la camiseta por el equipo de su ciudad”, dijo Berrío, quien le anunció al plantel que la Gobernación les entregará un premio de 150 millones de pesos por el logro alcanzado (unas semanas antes había dado 100 millones para el pago de quincenas atrasadas).
A la salida del aeropuerto, una inmensa multitud coreaba con emoción: “campeón, Real campeón”. Ese grito de victoria se escuchó al unísono. El amarillo y verde, los colores que identifican al Real, se veía por todas partes.
RECORRIDO DE LA ALEGRÍA
En el carro de bomberos, jugadores, cuerpo técnico y directivos comenzaron su recorrido hacía el estadio Jaime Morón León, ese mismo escenario en donde realizaron tantas gestas maravillosas en el segundo semestre.
La calle principal de la avenida de Crespo, el primer barrio por donde pasaron los ídolos de Cartagena, era todo un río humano. Sus habitantes se pusieron en las aceras y con aplausos y frases afectuosas saludaron a quienes hicieron posible este sueño.
“Gracias pelaos por darnos está alegría. Ustedes son de aquí y dieron todo por nosotros”, se le escuchó decir a un aficionado que ondeaba con fuerza la bandera del Real.
La caravana era masiva. Motos, carros y camionetas acompañaban con los pitos de sus vehículos el recorrido. El ruido nunca cesó.
La expresión de felicidad en cada uno de los rostros de los jugadores era evidente. Tal vez una de las más poderosas razones para que este sentimiento lo mostraran a plenitud era que ellos, los muchachos de casa, eran paseados por los barrios que los vieron crecer. Eso les tocaba más la fibra.
Los habitantes de Canapote, Santa Rita, Torices, El Toril, Pie de la Popa, Barrio Chino, La Quinta y Alcibia, por donde siguió el recorrido, también saludaron a los protagonistas.
Al pasar por El Prado, el carro de bomberos se detuvo durante varios minutos. Ahí, los jugadores corearon con fuerza: “Pa’ Fabián, pa’ Fabián… este título es pa’ Fabián”, haciéndole un homenaje al hincha que hace algunos días falleció en su intento de asistir a territorio antiqueño a ver campeonar a su equipo.
CIERRE DE LA CARAVANA
Luego siguió el recorrido por la Avenida Pedro de Heredia (María Auxiliadora, Amberes, El Líbano y, por último, Escallón Villa) hasta llegar al Jaime Morón, escenario en donde unas cuatro mil personas esperaban al Real para verlo dar la vuelta olímpica.
Pero antes de correr con el trofeo por la pista atlética, una tarima esperaba a los protagonistas. Óscar “Toto” Barrios, el jefe de prensa del Real, fue el encargado de abrir el acto.
Rodrigo Alejandro Rendón, presidente del Real, aseguró: “Se creyó en un proyecto con jugadores del patio y hoy se dan los resultados. Cartagena merecía tener de regreso el fútbol profesional. Le doy las gracias al Gobernador, quien nos apoyó en el momento que más lo necesitábamos”, dijo el dirigente.
Pero, sin duda, el momento más emotivo llegó cuando Huber Boderth, técnico campeón, tomó el micrófono y gritó emocionado: “Cartagena, aquí están tus hijos”.
Y ese grito se escuchó en todo el barrio. A esa hora, ya pasadas las doce de la noche, la hinchada, seguía ahí, aplaudiendo a sus ídolos, que aunque pelaos (17, 18 años el promedio de edad), no se amilanaron en Rionegro, pero sí se agigantaron para traerse el tan anhelado título a su ciudad.
Bienvenidos muchachos, sueño cumplido, Real está de vuelva a la Primera División.
Los campeones
, Álex Anaya, Elkin Barrera, Luis Rivas, Neimer Miranda, Demis Lozano, Freider Mattos, Marlon Barrios, Fausto Obeso, Oswaldo Salgado, Brandon Mena, Daiver Silva, Jaider Arboleda, Ramón Iriarte, Luis Valdés, Mauricio Arroyo, José Nájera, Luis Iriarte, Emiro Gómez, Carlos Palomino, Óscar Santos, Luis Sierra, John Reinols, Leoncio Alegría, Harold Macías, Rafael Pérez, Edwin Mejía, Diego Rivera, Eduardo Carrillo, Antonio Baldiris, Ricardo Santana, César Tinoco, Rafael Márquez, Óscar Castillo, Luis Delgado, Jorge Barón y César Plata,.
Técnico, Huber Boderth; Roberto Camargo, preparador de arqueros; Felipe Palmesano, preparador físico; Abel Del Calle y Orlando Del Valle, utileros; Javier Diazgranados, psicólogo; Alexander Rendón (gerente deportivo); Celio Contreras, kinesiólogo; José William Rodríguez, médico; Rodrigo Rendón, presidente del equipo.