Una vez que ha decidido iniciar el proceso de deshabituación al tabaco, debe poner en marcha una serie de actividades para ir atenuando algunos aspectos de la dependencia psicológica, tales como la costumbre o la dependencia social. (ver: beneficios al abandonar el cigarrillo). Con las siguientes recomendaciones, el proceso puede resultarle más fácil:

• Coloque la lista de razones que tiene para dejar el hábito en un lugar muy visible (nevera, espejo del baño, etcétera).
• Cambie la marca de los cigarrillos que usa por una que le guste menos.
• No compre varias cajetillas de cigarrillos. La idea es que le comiencen a escasear.
• No fume en ayunas. En vez de eso, cepíllese los dientes, saboree un vaso de jugo de frutas o tome una ducha caliente.
• Retrase el primer cigarrillo de la mañana y omita el último de la noche.
• Espere entre 5 y 10 minutos antes de prender un cigarrillo cuando le apetezca hacerlo (el deseo será menos intenso y tal vez ya no desee fumar). Tome un sorbo de agua para calmar las ganas.
• Marque con un rotulador el tercio final y cuando se llegue a la línea, tire el cigarrillo.
• Registre los cigarrillos que consume a diario y vaya disminuyendo dicha cantidad.
• Mastique chicle o caramelos sin azúcar cuando lo ataque el deseo de fumar.
• No cargue encendedor y rechace los cigarrillos que le ofrezcan.
• Guarde los cigarrillos en sitios de difícil acceso y deshágase de los elementos que se relacionen con el hábito (ceniceros, cerillos).
• Cuando vaya a sitios públicos, elija ambientes en lo que esté prohibido fumar.
• Cuéntele a sus familiares y amigos acerca de su intención de dejar fumar.
• Señale un día, por escrito, en el que se compromete a no fumar y felicítese por cada día que pase sin hacerlo. No se exija demasiado los primeros días, pero tampoco lo vaya postergando. No desista ante las recaídas.
• Haga ejercicio y manténgase más activo. Los ejercicios de respiración ayudan a calmar la ansiedad.
• Comience a ahorrar el dinero que gastaba en cigarrillos para darse un regalo. Haga una lista de las cosas que quiere comprar.
• Cree un ambiente libre de humo a su alrededor.
• No ceda. Recuerde que el deseo de fumar disminuye después de la segunda o tercera semana de haberlo suspendido. Convénzase de que dejar de fumar es más fácil de lo que piensa. Sólo debe intentarlo. Recuerde que una de las formas para prevenir que sus hijos fumen es con su ejemplo: usted puede lograrlo.