Las mujeres, al revés de los hombres, dan pitadas más cortas y "tragan" menos humo.
A esta altura se puede afirmar con seguridad que las mujeres fuman a la par de los hombres, pero, claro está, fuman a su manera. Y esa diferencia, a veces sutil, a veces marcada, hace que a la larga el tabaco las afecte con menor intensidad que a los hombres. A esta conclusión llegó un informe presentado ayer en Europa. Pero, hay especialistas que cuestionan las conclusiones y aseguran que a la hora de fumar no valen generalizaciones ni distinciones de género.
El estudio en cuestión se llama Help COmets (CO por la medición de la exposición al monóxido de carbono). Se analizaron a 221.655 personas de 27 países de la Unión Europea, y el resultado principal fue que los niveles de CO o humo de tabaco son inferiores en mujeres que en hombres fumadores, y la explicación es que fuman en forma diferente. La medición dice que el nivel medio de CO en hombres es de 17,8 partículas por millón, mientras que en mujeres baja a 15.
El informe detalla cómo las mujeres dan menos pitadas, que además son más cortas y superficiales que las de los hombres, que son más numerosas, profundas e intensas. De esta manera, la cantidad de humo que entra en los pulmones de la mujer es menor que la que ingresa en los pulmones masculinos.