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rinoga2821
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Predeterminado

Crisis económica llevó a Islandia al borde de la quiebra

Foto: AP
Islandeses protestan frente al edificio del Parlamento en Reikiavik, por la quiebra de la mayor parte de los bancos de ese país.

Antes de esta situación, el país aparecía en el listado de los más ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

Su saludable sector financiero -que representaba entre 8 y 10 veces el PIB- se vino a pique, por lo que la semana pasada el Estado tomó el control de los tres principales bancos del país: Glitnir, Landsbanki y Kaupthing.
También renunció a un tipo de cambio fijo entre la devaluada corona islandesa y el euro, y suspendió las cotizaciones en la Bolsa de Reikiavik.
Las medidas provocaron asombro en los medios financieros y derrumbaron la confianza que había en la economía islandesa. El golpe fue mayor el martes, cuando tras la reapertura del mercado accionario la bolsa se hundió 76,13 por ciento.
Por eso, el miércoles Islandia comenzó a tocar las puertas del mundo en todos los frentes posibles, desde Rusia -con la que negociaba un préstamo de 4.000 millones de euros- hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Islandia es miembro de la Otan, pero no de la Unión Europea, por lo que muchos afirman que su petición de ayuda a Rusia podría tener consecuencias políticas. El primer ministro del país, Geir Haarde, manifestó que no ve que se pueda sacar un provecho particular de esta situación, como para justificar las suspicacias.
En cuanto a la intervención del FMI, el primer ministro dijo: "Tenemos derecho a solicitar sus servicios como cualquiera, pero el Gobierno aún no ha decidido si pedirá o no un préstamo; por parte del Fondo no hay ninguna decisión sobre las condiciones".
En Islandia, recurrir al FMI podría interpretarse como una humillación nacional, pero varios economistas consideran la opción como inevitable, ante la gravedad de la situación.
Por otra parte, el Banco Central de Islandia -Sedlabanki- anunció un recorte de 3,5 puntos porcentuales de su principal tasa de interés, que llegó a 12 por ciento, para encontrar la liquidez que le evite la bancarrota.
Y desde el martes, los países nórdicos estudian aprobar un plan para apoyar de forma económica a Islandia, según reveló el primer ministro de Dinamarca, Anders Fogh Rasmussen.
El funcionario no aclaró el carácter de la ayuda, su alcance o cuándo será aprobada, pero dijo que él y sus colegas nórdicos habían mantenido contactos con Islandia para buscar una salida a su crisis.
Culpan al gobierno
"El gobierno no ha hecho más que agravar los problemas paso a paso", estimó Benedikt Stefansson, ex economista del banco Landsbanki, que ahora está en paro, al igual que cientos de empleados de los 8.700 del sector bancario.
Stefansson acusó de la crisis directamente al Banco Central y a su gobernador, David Oddsson, ex primer ministro que en la década de 1990 impulsó la liberalización del sector bancario. Las mismas acusaciones habían sido formuladas por Gunnar Haraldsson, director del Instituto Nacional Económico.
Según Stefansson, la entidad emisora negó un préstamo en títulos a Glitnir y aconsejó al gobierno que tomara el control del tercer banco del país. En ese momento, "el derrumbe total del sistema bancario fue inevitable", dijo. También hizo hincapié en el deterioro de las agencias de calificación financiera, la caída libre de la corona islandesa y la crisis de liquidez posteriores. "Era perfectamente previsible y podría haberse evitado, aunque hubiera que pagar un precio elevado", aseguró.
Durante los últimos diez años, la economía de Islandia había crecido en promedio un 4 por ciento anual. En el 2004 el salto fue de 7,7 por ciento. Hoy, el panorama es desalentador.
El regulador islandés de servicios financieros anunció este miércoles que los activos de Glitnir, muy devaluados por la crisis, serán oficialmente transferidos a un nuevo banco, bautizado como New Glitnir y completamente controlado por el Estado.
Por su parte, los clientes del banco británico Icesave (una de las filiales de Landsbanki) no tienen acceso a su dinero. Unos 300.000 ahorradores estarían afectados. El primer ministro británico Gordon Brown se dijo esperanzado en encontrar una solución rápida, en una carta dirigida a su homólogo islandés.
REIKIAVIK, COPENHAGUE (AFP-Efe)

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