Puya
En Valledupar y demás pueblos del antiguo departamento del
Magdalena grande, el ritmo más antiguo era llamado "Puya". Su nombre deriva del
verbo puyar, sinónimo de punzar, y tiene un típico compás de seis por ocho. Este ritmo, en su forma indígena, nunca tuvo canto y consistía en la imitación hecha por el carricero –pitero o caña sillero -, en ritmo rápido, del canto de algunos
pájaros; se
bailaba en hileras, llevando cada persona las dos manos cerradas a la altura del pecho con los dedos apuntando hacia delante y simulando que se puyaba repetidamente a quien danzaba adelante. Posteriormente, a través del tiempo, se fueron fusionando los distintos elementos tri-étnicos típicos de la cultura costeña y ribereña colombiana, logrando sumarse la puya negroide, género cantado, a la puya indígena, dándose como resultado la puya vallenata con su actual equilibrio entre el
canto, la
melodía y el
ritmo.
La Puya y el Merengue en su patrón rítmico y armónico son iguales. La diferencia está marcada en su concepción melódica: en el ritmo, en la música y naturalmente en la interpretación que se haga, propia de cada pieza. Así, la puya tiene una marcación en los bajos de dos por dos y, a veces, de dos por uno en ciertos pasajes de la interpretación, aunque no en todas las piezas. La velocidad que se le imprima no supone una diferencia, porque el interprete la toca a su gusto