"Las mujeres vienen en medias, tacones y colores diferentes”.
Se les encuentra en todas partes: en la calle, oficinas, playas, templo, espectáculos, clubes y raras veces en la cocina de su casa.
Los automovilistas les temen, los modistas las odian, los hombres las adoran, los niños las necesitan y las lágrimas las protegen.
Una mujer es el amor tras una capa de pintura, el misterio tras una mirada y la ternura en metro y medio.
Tienen la astucia del zorro, el candor de un lirio, la audacia de un tigre el fuego de un volcán, la pureza de la nieve, la intuición de cuatro linces, la mansedumbre de un arroyo, la curiosidad de un gato y la fortaleza del acero.
Le gustan las pieles, los perfumes, ir de compras, los halagos, las joyas, las noches de luna y los versos de Neruda.
Les desagradan las visitas repentinas, las medias torcidas, la nariz brillante, los ratones, llegar a tiempo a una cita y los hombres sin rasurar.
Nadie más soporta en silencio el dolor como en el parto y llora porque se le quemó la comida, ni se acomoda en un bolso 50 chucherías y olvida las llaves del departamento.
Nadie recuerda mejor el color del vestido que llevaba una amiga diez años atrás, ni le dice a una “enemiga” ¡Que linda te ves!.
Una mujer es un ser excepcional y enigmática.
Sin ellas no habría poesía ni canciones, ni grandes hombres, ni razón de vivir, ni calor en el hogar y ternura para el niño.
No habría inspiraciones ni colores, el mundo no seria como es....
Esa es una mujer, ¡la obra más maravillosa de Dios.. Quien a la vez es Mujer!.