Nota... el objetivo es debatir eso, pues quede algo atonito con esto....

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Pese a todo, los colombianos son felices, revela gran estudio de Datexco para EL TIEMPO

La investigación fue realizada con 1.212 encuestados - quizás el más grande hasta hoy- y la nota promedio es de 4,16 en las 12 principales ciudades del país. En ninguna de ellas fue menos de 3,77.

A la luz de estos resultados, para los ciudadanos de este país, la felicidad no es cuestión de plata. No hay diferencias grandes entre un estrato y otro en esa calificación. Incluso, en el nivel socioeconómico bajo hay más felicidad que en el medio y apenas un poco menos que en la clase alta.

Tener una educación apenas básica no ayuda del todo a ser feliz en este país, pero tampoco ser 'doctor'. Los técnicos, según la encuesta, tienen una vida mejor. Son más felices los que tiene trabajo que los desempleados, pero incluso estos pusieron una nota alta. Por apenas algo más de una décima, los mayores de 35 años resultaron más felices que los menores de esa edad.

Y por casi la misma diferencia, las colombianas aparecen como más felices que los colombianos. La vida es mejor para los casados que para los solteros e igual para los que tienen hijos que parar los que no los tienen. Pero en todo caso, unos y otros no bajaron de cuatro la calificación a eso que se podría llamarse satisfacción existencial. ¿Qué puede explicar estos resultados?

Según César Valderrama, director de Datexco, es posible que las expectativas de los colombianos, acostumbrados a situaciones críticas y a ver que sus derechos fundamentales no están garantizados del todo, sean menos ambiciosas que las de los ciudadanos de otros países. "Quizás no tenemos tampoco unos niveles de consumismo tan fuertes como en otras sociedades".

Cartagena, la ciudad más feliz

La clase alta de La Heroica registra el mayor índice de felicidad del país (4,88 sobre 5,0), por encima del promedio nacional (4,29). Los estratos medio y bajo se ajustan más a la media. Sorprende la felicidad de quienes no trabajan.

"El sol, el coco, el pescado, el mar...son cosas que hacen más fácil ser pobre y feliz aquí en Cartagena que en cualquier parte de Colombia. Cambié a Roma por Cartagena".

Esta frase, del actor italiano Salvo Basile, resume en buena parte por qué la gente de la bella Cartagena es la más feliz del país.

Ricos y pobres de la ciudad lo consideran un gran vividero, pese a los problemas de miseria en algunas zonas y a la tradición de denuncias de corrupción y malos manejos de los asuntos públicos, aunque ahora parece estar dando un giro importante. En los barrios populosos, a pesar de la pobreza y los problemas, la gente baila música champeta a toda hora y se reúne con los amigos y familiares para compartir y rumbear.

Lo que más maravilla a los extranjeros que llegan a la ciudad es la alegría de la gente en la calle. El roquero irlandés Bob Geldof, invitado de honor en el 2007 para dar un concierto en el Hay Festival, se paseó como cualquier parroquiano, sin guardaespaldas, por las callejuelas de la ciudad amurallada y dijo que había oído hablar tanto de Cartagena que todo era verdad, y que le gustaría tener una casa en esta ciudad para venir con frecuencia.

García Márquez, Juan Gossaín y Rodolfo Segovia Salas viven encantados en la ciudad, y los colombianos la tienen como su primer destino turístico.

"El concepto de libertad de ser del cartagenero explica la felicidad. Hasta en la época de la esclavitud en Cartagena no había falta de libertad", explica el historiador y ex ministro Rodolfo Segovia.

Pereira, la segunda

Quienes tienen formación técnica son los más felices en la capital de Risaralda, contrario a lo que ocurre en Manizales. En las dos ciudades, quienes no tienen hijos dicen sentirse más felices y no hay distinción cuando de género se trata.

Sus habitantes, con herencia antioqueña, se sienten orgullosos de haber nacido allí y comparten la idea del poeta local Luis Carlos González de hacer parte de la "querendona, trasnochadora y morena".

Es una constante en cualquier sitio de Pereira escuchar hablar de que son el centro del eje cafetero y a su vez sentirse necesarios por estar "en toda la mitad" del 'Triángulo de Oro' que forman Bogotá-Medellín-Cali. Las clases media y alta viven más felices que los del nivel bajo. Técnicos y profesionales creen "tenerlo todo" en Pereira.

La ciudad tiene datos reales que la hacen especial: es pionera entre las intermedias en transporte masivo con el Megabús, es de las mejores conectadas por vía terrestre; como pocas, tiene un aeropuerto con vuelos internacionales y las principales cadenas de supermercados están localizadas en el área metropolitana, que pasa de 800.000 habitantes.

Bogotá, la tercera

En la capital del país, el estrato bajo dice ser más feliz que lo dicho por las clases media y alta. Quienes tienen formación acádemica técnica registran el mayor índice de felicidad frente al resto de ciudades.

La capital del país es la tercera en felicidad, de acuerdo con la investigación realizada. Y la verdad es que por ser el centro financiero, económico y cultural más importante de Colombia, además de meca del manejo de asuntos de gobierno, tiene por qué ofrecer mejores oportunidades que otras. Los bogotanos de estrato bajo aventajan a los de las clases media y alta en felicidad y quienes tienen educación técnica le dan la calificación más alta del país, cuando de felicidad se trata.

Pasto, Cúcuta, Cali e Ibagué están en los niveles más bajos de felicidad, aunque ninguna de ellas se 'raja'. A lo mejor en las ciudades de frontera, la inestabilidad reciente de los gobiernos vecinos de Correa y Chávez y los problemas con nuestro gobierno les hace restar felicidad, Cali no se repone todavía de los problemas de administración pública y narcotráfico que marcó mucho a la gente, y la capital musical es la que registra desde hace varios años la mayor tasa de desempleo.

Mujeres están más felices con ingreso

- En general, hay inconfomidad de los colombianos con el ingreso que reciben, pero las mujeres se sienten más felices que los hombres con sus entradas. Sin embargo, hay un orgullo generalizado por la empresa en la que se labora y la proyección personal en el trabajo.

- En Barranquilla, Manizales y Neiva viven los colombianos que dicen tener mayor felicidad en su vida laboral, en tanto que en Pasto y Cali se nota el mayor desgano por el empleo que actualmente se tiene y en concordancia con el éxito laboral. En estas dos ciudades es donde más se critica el equipo y las personas con las que se trabaja.

- En Bogotá, Medellín y Cali, se evidencia un espíritu crítico con los menores de 35 años en cuanto a que su éxito laboral los haga felices. Por el contrario, en Barranquilla, la felicidad es alta en este se sentido.En la capital del país y en la capital del Valle, quienes tienen formación profesional creen en que son exitosos.

Las ciudades que presentan las notas más bajas

Pasto

La capital de Nariño, famosa por sus alegres carnavales de Blancos y Negros, es curiosamente la ciudad colombiana con el más bajo índice de felicidad. Solo la clase alta registra un nivel de felicidad por encima de 4,0.

Cúcuta

Al igual que en el sur, en la frontera con Venezuela, también hay un nivel de felicidad bastante por debajo del promedio nacional. De todas formas, las mujeres de Cúcuta son claramente más felices que los hombres.

Cali e Ibagué

Algo pasa con la fama de rumberos de los caleños o a lo mejor la rumba no lleva a la felicidad; sin embargo, los hombres dicen ser más felices que las mujeres. En Ibagué, la música no parece estar impactando a su gente como muchos creen.