Dulce derrota


No sé si te mandaré esto
este mudo registro de palabras que se agolpan en mi voz,
y dejarte saber que me siento distinto,
y que un latido me llena de inspiración.

Jamás creí en amores,
eran fantasía ajena a mi corazón
caballero vencedor de mil tragedias,
que jamás dejó que lo ablandara un amor.

Más hoy me encuentro enmudecido
por la magia de la calidez de tu voz
y me siento de pronto henchido
de un sentimiento que me nubla la razón.

Porque hoy, hoy sin saber de donde,
apareciste como haz de luz en mi camino
y ocultaste el sabor amargo de mil bocas
que un día bese sin sentir pasión.

Y en vez de enfurecerme haber caído
en las redes de tu risa, feliz estoy
de saberme finalmente sometido
por una fuerza más sublime que el brillo del sol.

Estoy en deuda con la vida
y no encuentro palabras que descifren la sensación
de saberme atado y sin salida,
de saber que te pertenezco para siempre desde hoy.

Quiero que sepas que no miento,
quiero que aceptes saber desde mi interior,
que no habrá otro ser en el mundo
capaz de saciar esta sed que siento por tu amor.

Más debo dejar ya mi pensamiento,
dejar que la brisa esparza mi gran ilusión
y te deje saber que existo,
que existo para entregarte todo cuanto soy.

Tu eres mi dulce alegría,
tu eres mi motivo de fe en el amor,
tu eres tan sólo la dulce derrota
que tanta falta hacía a mi corazón

Saludos