Voy por tu cuerpo
con la avidez
gozosa
de un lobo que demarca
su nuevo territorio,
preciso tu latido,
tu miel,
tu levadura,
el tacto que me brinda
paraísos contrarios.
-Tu piel,
con su fragancia
de tierra lloviznada,
transpira como un niño
que juega entre la niebla-.
Con manos
como olas,
con labios
como insectos,
con el abrasado viento
de mínimas palabras
me aferro
a tus costados,
deambulo
por tu cuerpo,
convoco en tus fronteras
el solapado fuego.
Y,así,
de toque a beso,
de humedad a silencio
te creces en ternura,
te viertes
en codicia,
aprendo de tus manos
mi resplandor más hondo,
y bebo
en tu saliva
mis sales y mi aroma.
__________________ He perdido demasiado tiempo en escuchar. Sólo quiero tirar de la cuerda y pasar a la acción. Como aquella mañana de agosto. Tú me mirabas y yo sonreía. Sabía que ibas a morir y eso me gustaba. Sólo tenía que esperar. Y esperé. Esperé tanto que se cansaron mis ganas de apretar el gatillo y te dejé marchar. Correr. Huir. Y ahora ya nos ves, la misma situación. Las mismas lágrimas en tus ojos y mis mismas ganas de volarte la cabeza en un segundo. O de hacerte sufrir, oírte gritar. Poco a poco. Sí, tal vez sea más divertido así. Al fin y al cabo tenemos todo el tiempo del mundo y nadie nos espera. Al menos, por lo poco que sé, a mí nunca nadie me esperó. |