Tema: Ancón 1971
Ver Mensaje Individual
Antiguo , 13:42:45   #1
Predeterminado Ancón 1971 Calificación: de 5,00

Los mejores licores
del amor y la paz


Durante tres días cientos de jóvenes se reunieron en las mangas de La Estrella para cantarle a la vida.

Ancón, organizado por Carolo, fue el festival músical más grande realizado en Antioquia.

El alcalde de la época, Alvaro Villegas, fue apodado de hippie.


Por
Juan José García Villegas
Medellín

La década de lo 60, caracterizada por la liberación sexual, los hippies, la minifalda, las manifestaciones antibélicas, la guerra de Vietnam y los llamamientos a un mundo lleno de amor y paz, concluyó con el Festival de Woodstock. Woodstock, el icono de la generación del 60, es recordado como el mayor festival de música y arte celebrado en toda la historia de la humanidad. La cita tuvo lugar en Bethel, New York, Estados Unidos, del 15 al 18 de agosto de 1969 y contó con la asistencia de por lo menos 400 mil almas, que bailaron y vibraron con las interpretaciones de leyendas como Jimi Hendrix, Bob Dylan, Carlos Santana y Janis Joplin. Una ocasión única e irrepetible que dejó huella en los amantes del rock.

Eran días de agitación y transformaciones sociales. Medellín no fue la excepción. Influenciados por los vientos del norte, un grupo de jóvenes paisas, liderado por Gonzalo Caro, conocido como Carolo, tuvo la idea, en 1971, de organizar un festival similar al de Woodstock. Carolo, promotor de Ancón, se convirtió en el evangelizador del movimiento hippie en Medellín y, tras tres intentos fallidos, logró su fin: realizar el Festival.
¡A bailar!
El Festival se celebró del 18 al 20 de julio de 1971, en el Parque de Ancón, localizado al sur de Medellín, en un gran lote del municipio de La Estrella, con capacidad para 10 mil personas. Para llegar al espacio había que tomar un carro, que se demoraba 20 minutos. La idea de Carolo y su gente era que los asistentes disfrutaran de un fin de semana purificador, con mensajes de amor y paz.
En el duelo de bandas, provenientes de todo el país, participaron, entre otras, Riders, Los Mosters, Conspiración del Zodiaco, La Banda Universal del Amor, Terrón de Sueños, Los Flippers, Galaxia y Gran Sociedad del Estado. Las agrupaciones se caracterizaron por su calidad, especialmente Los Laser y Free Stone, de Medellín, así como Columna de Fuego, de Bogotá.
Las boletas del encuentro, promocionado como el Primer Festival de Rock Latino, se vendieron rápidamente en Cartelan Día, en el Pasaje Junín y en el Tijuana de Itagüí. Los hippies llegaron a Medellín al Parque Bolívar y allí a punta de dulzaina, guitarra y trova esperaron calmados la hora cero para partir al Parque de Ancón, en La Estrella.

Extraños de pelo largo
Ancón sirvió para que decenas de curiosos paisas asistieran en sus camperos al Parque Ancón Sur para mirar a esos seres "extraños", provenientes de varias regiones de Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos y Suecia, a quienes calificaban de hippies, con sus melenas largas, flautas, camisetas ajustadas, pantalones descaderados y plataformas blancas.

Casi todos los asistentes entraron al Parque con boleta. Sin embargo, algunos se arriesgaron y se "colaron" y atravesaron a nado el río Medellín. Un pequeño puente era el paso para llegar al paraíso del rock, la marihuana, los hongos, la paz y el amor: el territorio hippie, Ancón, ya tenía habitantes.

La lluvia, el intenso frío y lo agreste del terreno no fueron barrera para que los "mechudos" disfrutaran del buen rock. Allí, en ese parque que reunía a los incomprendidos de la época, cientos de jóvenes armaron sus carpas en las laderas para pasar los tres días que duraba el Festival.

No obstante, ante la escasez de plata algunos ingeniosos se refugiaron en los guayabos y otros, más conservadores, optaron por hospedarse en los hoteles del centro de Medellín. Y desde allí, se desplazaban cada mañana hasta las mangas de Ancón.
El menú de los asistentes, amenizado por los sonidos del rock, no fue muy variado: jugo, pan y salchichón. Y hasta leche condensada para conservar la energía.
Y se hizo la música...
La inauguración del Festival de Ancón fue a las una de la tarde y a las tres de la tarde ya no cabía una alma más. El centro de las actividades fue una gran caseta metálica, en donde actuaron los grupos. Esas 72 horas ininterrumpidas de música fueron la oportunidad para que muchos hippies de otras regiones de Colombia conocieran a Medellín. A punta de 50 centavos, "tirar dedo" y una que otra donación de comida pasaron los tres días del festival.
Uno de los aspectos que más preocupaba era tener a "tanto loco suelto" en un sólo lugar. Por ello, las autoridades reforzaron la vigilancia, que estuvo a cargo del Distrito de Policía de Itagüí, que debió trasladar la estación de Pueblo Viejo a la Autopista Sur para poder atender cualquier eventualidad con la inmediatez requerida.
El cómplice de la idea de Carolo fue el alcalde de Medellín, Álvaro Villegas Moreno, a quien bautizaron "el alcalde hippie", debido al apoyo incondicional que prestó al festival y sus organizadores. Al respecto, el burgomaestre precisaba a EL COLOMBIANO: "En la misma forma como se permite un festival de tango se debe permitir el de música pop".
Precisamente ese apoyo, cuentan, le valió a Villegas el cargo, pues contó con las criticas de una sociedad conservadora, que veía el festival como una ofensa contra la moral, la juventud y las buenas costumbres. Este movimiento fue abanderado por monseñor Tulio Botero Salazar, arzobispo de Medellín y la Asociación de Colegios Privados de Antioquia.
Incluso, Villegas tuvo que enfrentarse al director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Oscar Alonso Villegas, por su decisión de echar a los hippies de Medellín, tras una tregua de 48 horas. Según el funcionario los hippies "estaban creando problemas, fomentando la indecencia y atentando contra la salubridad", reseñó en EL COLOMBIANO el periodista Pedro Nel Córdoba Laverde.
El cierre del festival, el domingo 20 de junio, estuvo acompañado de Luna, oraciones de fraternidad y 5 mil personas, que lentamente apagaron la llama de Ancón. El antes y después de Medellín comenzaba. La leyenda nacía. Hoy, 34 años después, la ciudad vuelve a vibrar con los sonidos del rock, la trova y los años 60, en la versión de Ancón 2005, una nueva conquista de Carolo, quien se resiste a que se apague la llama y la magia de Ancón.

Comentarios Facebook

__________________
Es fácil vivir con los ojos cerrados
Sin comprender nada de lo que ves
EgUaRs no está en línea   Responder Citando

compartir
                 
remocion sep Gold sep Silver sep Donar

marcaNo Calculado   #1.5
SponSor

avatar
 
Me Gusta denunciando
Estadisticas
Mensajes: 898.814
Me Gusta Recibidos: 75415
Me Gustado Dados: 62988
Fecha de Ingreso: 02 jun 2006
Reputacion
Puntos: 1574370
Ayudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen camino
emoticon Re: Ancón 1971

 
Los mejores licores
 
   
   
_______________________________________________
Publicidad :)
conectado
 
Page generated in 0,06852 seconds with 12 queries