La verdad es que cuando se convive en pareja la monotonía y el aburrimiento están a la vuelta de la esquina. No es fácil, pero toca variar: posiciones sexuales, sitios (recorrer la casa y salir de casa), rituales de seducción y ambos intentar ser complacientes con cada nueva cosa que al otro se le ocurra. Más se complica la cosa cuando llegan los hijos, estos demandan tiempo, estarán menos tiempo "solitos" o en cualquier momento disponibles para ir a un sitio donde desfogar los deseos sexuales. Sin embargo, a medida que los años van llegando esa ansiedad por el sexo "5 veces al día" de los "dieci-pico" va mermando un poco y se va reemplazando "cantidad por calidad", esto siempre da un pequeño compas de espera ante las nuevas responsabilidades y retos que la vida te va presentando como lo son la paternidad, la administración de un hogar, el trabajo, etc. Sin embargo, pienso que todo depende de cada caso en particular, existimos personas más ardientes que otras y para cada uno la frecuencia de sexo deseada puede variar muy a pesar de la edad biológica o sicológica.

"...Estoy convencido de que una conciencia vívida de los principios morales de mejoramiento y ennoblecimiento en la vida no necesita la idea de un legislador, especialmente un legislador que trabaja sobre las bases del castigo y la recompensa." AE