Tomado del Colombiano:


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éstas son la preguntas que los demócratas Gringos le hicieron a Sindicalistas Pro TLC, con su respectiva respuesta

"Por qué las diferencias de criterio entre los sindicalistas colombianos?
Los defensores dieron como explicación que ellos son los voceros de la fuerza laboral del sector productivo, la misma que en ausencia del TLC vería comprometida su supervivencia. En cambio, los sindicalistas que atacan el tratado, pertenecen en grado sumo al sector oficial y este no tiene mayores problemas con el tratado.

¿Y la impunidad en el asesinato de sindicalistas, 40 de los cuales habrían caído en el 2007?
Los dirigentes sindicales aclararon que el año anterior murieron, por diversas razones, 40 afiliados a sindicatos, la mitad de ellos con posiciones directivas. Añadieron que en este Gobierno todas las muertes se están investigando y que la unidad especial creada por la Fiscalía para este fin tiene a su favor unas seis condenas de los responsables.

¿La violencia contra los sindicalistas es muy severa?
Aquí no hay política de exterminio, dijeron los sindicalistas pro TLC. Si en el país muere asesinada una persona por cada 1.000, sería de esperar que sobre una población sindicalizada de 850.000 personas los muertos fueran de 850, cifra lejana de la realidad.

¿La economía colombiana puede ser barrida, por aquello de que el pez grande se come al chico?
Sí eso fuera cierto, entonces Estados Unidos sería abrumadoramente ganador en los tratados comerciales y, en consecuencia, no sería campeón en déficit comerciales.

¿Y el derecho a huelga?
Para corregir las fallas el Gobierno presentará un proyecto al Congreso, de manera que asuntos como la declaratoria de ilegalidad de las huelgas sean competencia de los jueces laborales.

¿Se reunirían ustedes con los representantes de la AFL-CIO (Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales?
Los defensores del TLC dijeron que están listos para reunirse con ellos. También contaron esta anécdota: A representantes de la poderosa asociación de E.U. les preguntaron si ellos aprobarían el tratado comercial con Colombia si en este país no se presentaran asesinatos de sindicalistas. No, respondieron, evidenciando que su oposición al tratado tiene más que todo motivaciones políticas.

De todas maneras, los líderes sindicales pro TLC les mandaron un mensaje a sus colegas norteamericanos: ¡Vengan a Colombia, que con gusto los llevamos a las regiones que en el pasado fueron muy violentas y en las que era altamente riesgoso ejercer el sindicalismo! Los sitios mencionados para marcar ese contraste entre un pasado horroroso y un presente calmado fueron Urabá y municipios como Segovia.

Finalmente, ¿ustedes son una minoría sindical?
En su defensa, los líderes obreros hicieron notar que de una población laboral conformada por 10 millones de personas, tan solo 850.000 están sindicalizadas. Por lo tanto, ni los defensores ni los contradictores del TLC pueden declararse como los legítimos y mayoritarios voceros de los trabajadores. Además, si los opositores al tratado tuvieran tanto eco entre los colombianos, entonces un partidos como el Polo Democrático, que le dio duro en su campaña al TLC, se habría convertido en la principal fuerza política del país, lo cual no pasó.

Defensores y opositores sindicales al TLC trasladarán ahora su confrontación ideológica a Washington. Los primeros viajarán en el mes de febrero, mientras que los segundos lo harán en el mes de marzo."