Sala de masajes Laureles

Con la experiencia de la casa del Centro no me iba a quedar grande la de Laureles, cerca de la bomba de Los Almendros. La fachada es elegante, una casa muy bonita, no hay timbre sino citófono, donde una voz dulce pregunta lo que deseas. Al responder “vengo por el servicio de masajes”, me abrieron la puerta automática y mientras entraba estuve pensando en lo que me iba a encontrar.


La administradora era una mujer bonita, rubia, buen cuerpo, con cara de sexo y actitud de negociante. Los precios en Laureles son más caros; media hora y sólo masturbación vale $55.000 pesos, 40 minutos con masturbación, sexo oral y penetración vale $65.000 pesos, y una hora con dos niñas cuesta $95.000 pesos. Me sacaron 10 niñas que habían disponibles, muy bonitas todas, se ve claramente que tienen un buen criterio para contratar el personal.


Mi tipo de mujer siempre ha sido estilo Paola Rey, trigueña, pelo negro largo liso, buen cuerpo, femenina y delicada. En este grupo de niñas que tenía al frente, habían tres que se acomodaban perfectamente con el perfil; cuerpos lindos, todas con buena cola, buenos senos, unas caras bonitas (no voy a decir que parecían modelos de revista, pero sí eran muy agradables). Estas mujeres no miraban como con ganas de comérselo a uno, no sé porqué, pero no se les ve tanto la necesidad, es más, me sentía como si ellas me fueran a hacer un favor, así que escogí a una pelinegra, “Angela”.


La administradora me cobró por el servicio $65.000 pesos y me preguntó que si iba a pagar con tarjeta o en efectivo. Ángela me dirigió hacia una habitación, más decorada que la del centro, bien pintada, todo muy aseado. La habitación tenía cama, tocador, mesa de noche, espejo, y unos decorativos en las paredes muy bonitos, y no sé porqué pero esta vez sí me dieron ganas, esta nena no se veía necesitada, parecía que la plata no le importara, que estaba allí por placer (no sé si es que de pronto en Laureles esa es la actitud que tienen que tomar). Me desvestí, me acosté en la cama y cuando me empezó a masajear, inmediatamente tuve una muy buena erección, me puse el condón y ella me hizo sexo oral muy bien hecho, mamaba como las diosas esa mujer.

Lamentablemente acá es menos tiempo por más dinero, pues solo son 40 minutos y creo que los vale totalmente. Si el sexo oral era así, no me quería imaginar el resto. El acto fue muy excitante, esa nena estaba entregada totalmente, yo no podía creer que por sólo $65.000 pesos uno se pudiera tirar una vieja tan rica, con esta mujer no me dieron ganas de hablar, y no es por demeritar a la sala de masajes del Centro, pero acá se saben “vender” más”: la actitud, la postura, las ganas, el arreglo, todas estaban muy bien vestidas, se ve que la mayoría estudian una carrera y trabajan allí para pagarse los estudios o para comprarse ropa, o simplemente porque les gusta.
Esos 40 minutos de sexo fueron increíbles, es más, esa experiencia la tengo anotada en mi libreta de las relaciones sexuales más hot que he tenido, y no me da pena reconocerlo: pagué por sexo, pero la pasé muy bien, no hay necesidad de cortejar a nadie, ni de gastarle nada, ni de invitarla a salir, ni mucho menos prometer el cielo y la tierra cuando uno lo que busca a veces es sólo sexo.
Cuando terminé me lavé y mientras me vestía le pregunté que cuántos años tenía, me dijo que 24, que trabajaba amañada ahí en ese lugar, que la trataban muy bien y que los clientes eran personas muy serias y distinguidas, nadie desagradable (lo que no pasa en el Centro), dice que se puede ganar fácilmente $1.200.000 pesos mas las propinas diarias que pueden ser desde $40.000 a $60.000 pesos, no tiene hijos, tampoco novio y no se quiere amargar, por eso lo que se gana se lo gasta en gimnasio, rumba y ropa. Me vestí y salí, ella se quedó en la habitación, me imagino que organizándola para otra faena más tarde. Me despedí de la administradora y de las mujeres que habían ahí en la sala, crucé la puerta y ya estaba en la calle, un Domingo a las 4:30 p.m. y feliz porque me había acabado de echar un súper polvo.


Después de esas dos visitas que hice llegué a una conclusión, y es que las salas de masajes cada vez tienen más apogeo; sin ir más lejos en las Páginas Amarillas aparecen más de veinte salas de masajes con nombre, teléfono y página web, es una forma de prostitución donde las mujeres no se exponen a estar en la calle buscando clientes, ni a los peligros que esto implica. La sala de masajes les da la seguridad de estar bajo un techo, de tener una clientela, de hacerlo todo con condón, aunque ellas por unos pesos de más acceden a hacer cosas que no están permitidas. Para ellas, la desventaja principal es que la plata la deben compartir con la administradora de la sala, o sea que a la nena que hace todo el trabajo no le toca ni el 50 por ciento del dinero, por eso es que a veces les dan el teléfono a los clientes para que las llamen y puedan salir después.


En Laureles dos niñas valen $95.000 pesos y en el Centro las tienen en promoción dos por $55.000 pesos; claro que no es lo mismo vivir la fantasía gratis que pagando, pero igual se disfruta, yo por mi parte no creo que vuelva a pagar, no me sentí bien del todo, creo que todavía puedo tener muchas experiencias sexuales increíbles sin necesidad de pagar. A las mujeres que trabajan en esto y leen este articulo les deseo lo mejor, ojala algún día se puedan dedicar a otra cosa y lo puedan decir con orgullo, porque a fin de cuentas, a ninguna le da alegría decir que trabaja en una sala de masajes.

QUE VIVAN LAS MUJERES , LA CERVEZA Y EL ROCK AND ROLL HP.......