Estaban un argentino, un mexicano y un colombiano perdidos en el mar, y ya llevaban casi una semana sin probar bocado, hasta que para no morir de hambre se pusieron de acuerdo en que cada uno sacrificaría una parte de su cuerpo.
En la mañana le toco al mexicano quién se arranco las pelotas y les dijo a los demás: - Hay tienen… huevos al desayuno.
En la tarde el turno era para el argentino que se corto una nalga y les dijo: - Churrasco al almuerzo.
Se llegó la noche y el colombiano no sabía que hacer, entonces saca el chimbo y los otros dos dicen: - Que bien CHORIZO a la comida… a lo que el colombiano responde: NO SEÑORES… TETERITO Y A DORMIR.