Un tipo está cortejando a una mujer en un bar. En cierto punto de la conversación le dice:
"¿Aceptarías hacer el amor conmigo por un millón de dólares?"
Después de pensarlo unos segundos, ella responde:
"Por un millón sí de una."
"¿Y por 20 dólares?"
"¿Qué te pasa?," responde ella indignada, "¿acaso crees que soy una prostituta?"
"Lo que eres ya quedó claro en la primer pregunta. Ahora sólo es una cuestión de precio..."