Apareció el que tiró billetes

No mostró su rostro y explicó que ellos quieren dar un mensaje social.
Dijo que un rico le dio $3 millones para arrojar. Ayer tiró más en el centro.
El hombre que arrojó billetes el jueves en Laureles explicó las razones.


Por
Gustavo Ospina Zapata
Medellín

Ayer todo mundo en Medellín amaneció preguntándose quién fue el que tiró los billetes desde un taxi en el barrio Laureles y yo, obvio, me incluí en la lista.

Pero mi curiosidad tenía que ver con lo periodístico, "¡qué rico! poderle contar a la gente quién fue esa persona y por qué lo hizo", reflexionaba.

Pero ocupado en otro reportaje me desentendí del asunto. Y no sé si fue suerte de periodista o qué, pero a las 2:35 de la tarde sonó mi teléfono y ¡oh! sorpresa, estas fueron las palabras de mi interlocutor:

-¿Le gustan las chivas?
-¡Claro!, ¿me tiene una?
-Ninguna, sólo que yo fui el Robin Hood paisa que tiró los billetes en Laureles.

-¿De verdad? Yo no lo creo.
-¿Y por qué le voy a mentir?
-No sé. ¿Por qué lo hizo?
-Un señor rico de Medellín me dio tres millones de pesos para tirarles a los indigentes, para demostrarle al alcalde que la indigencia se combate con plata. Y usted vio el desespero de la gente por cogerla.

-¿Cómo hago para creerle? Déjese ver.
-No, yo le cuento pero no le doy la cara por seguridad.

-¿Y tiene más plata para tirar?
-De pronto, ¿por qué?
-Pues arroje más y yo lo acompaño con un fotógrafo.

Luego todo fue fácil. Nos pusimos una cita y recorrimos el Centro buscando un lugar seguro para arrojarlos. En el camino, el hombre relató que el benefactor está leyendo un libro de autoayuda, muy centrado en Dios y en el compartir.

"Desde que se aferró a Él, la vida le cambió, no le faltan ni trabajo ni plata, a mí tampoco, hace pocos días me fui para una finca y cada día me daban 40 mil pesos. Sólo hay que saber pedir con fe y las cosas llegan", narró el hombre, que fue el vehículo del benefactor para compartir su suerte con los pobres, "porque eso sí, me dijo que lo arrojara donde hubiera pobres", añadió.

Explicado todo, elegimos la Plaza de las Esculturas y la calle Veracruz en el cruce con Cundinamarca. En estos dos sitios, el hombre se camufló entre la gente y arrojó los billetes. Luego se perdió entre la multitud, mientras todos se abalanzaban sobre los papeles de la suerte, como si lloviera maná.

Fueron billetes de mil y dos mil, no sé cuántos, pero tampoco botó mucho. Le pregunté, y muy inquisidoramente, que si no me estaba mintiendo. Muy seguro respondió que no, "hágale tranquilo que yo fui, de pronto estos días tiramos más".

Nos quedaron las fotos. Su testimonio. ¿La duda?... Tal vez, es su palabra contra las preguntas de mis lectores. El caso es que el hombre tiró billetes a la calle, la gente los recogió y era imposible no contarlo. No sería periodista si lo hubiera obviado.

Sacado de acá...