Una granizada histórica y algunas revueltas con la policía de grupos violentos y desadaptados estuvieron a punto de cancelar el evento. Pero al final pudo más la calidad de las bandas presentes, la diversidad de géneros musicales y las miles de personas que asistieron con el único propósito de divertirse y aprender de magníficos artistas.
Un festival único en su clase, que sigue vivo gracias a los gestores culturales y medios de comunicación de la capital que no desfallecen en el esfuerzo por no dejarlo morir.
Aunque este año no asistieron las figuras internacionales de renombre de otros años, si se hiceron presentes bandas muy importantes y de mucha trayectoria como 'El cuarteto de nos', 'Catupecu Machu', 'Carajo', 'Bunkers' y Los amigos invisibles'.
Y de las nacionales estuvieron las mejores: Aterciopelados, Superlitio, Bajo Tierra, Sidestepper, Alerta y Ultrágeno.
Esta última banda que regresó luego de cinco años para complecer a su público y mirar si por fin logran consolidar su proyecto musical a nivel comercial, porque artísticamente hace rato lo lograron.
Otro de los retornos fue el de Superlitio, quienes en años anteriores ya habían cerrado Rock al Parque. Los caleños siguen vigentes y están tocando mejor que nunca, de eso dan testimonio los miles de fanáticos que escucharon su concierto en la tarima alterna en el cierre del festival, sin importarles que Aterciopelados se presentaba en el escenario principal.
Para olvidar la intolerancia y la violencia entre grupos juveniles. El resultado, disturbios dentro y fuera del escenario, un joven en cuidados intensivos con pronóstico reservado, más de 10 policías heridos y varios detenidos.
Este año no cerró el festival ni Manu Chao, ni Robi Draco, pero si estuvo Aterciopelados, quienes alzaron las banderas nacionales e invitaron a no olvidar que Rock al Parque es nuestro.
Ahora toca esperar un año para disfrutar del evento de rock gratuito más importante del continente y rezar para que siga creciendo y algún político no quiera acabarlo.
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