No se puede ser como no puede ser
Emo
En los últimos años, tanto los críticos como los publicistas han llevado su imaginación al extremo creando etiquetas impronunciables y, en más de una ocasión, ridículas.
Otra etiqueta enigmática es el «emo», muy en boca de los entendidos últimamente. «Emo» es la abreviatura de «emotional», así que a primera vista cualquier grupo que cante de forma emocionada podría venderse como parte de ese paquete, pero desgraciadamente el asunto no es tan sencillo. De hecho, existen páginas web en las que te enseñan qué zapatillas de deporte debes llevar o qué gafas son las adecuadas si quieres que tu grupo sea auténticamente «emo».
A veces las etiquetas van más allá y se refieren a los efectos que produce la escucha de un determinado sonido en el oyente, como por ejemplo el «stoner» («stoned» significa «drogado» en inglés), en referencia a las guitarras supuestamente hipnóticas de grupos como «Kyuss»; el «high-energy rock ´n´ roll» (literalmente, «rock and roll con mucha energía») o el «total depression» (que se describe por sí mismo).