Fue una noche, una noche bastó…
Tu mirada, tu voz, tu olor, cada cosa en su lugar de manera elementalmente única…
El cariño precoz se filtró por cada nervio de tu boca, mi boca, tu boca…
No sentí fuerzas al partir, no sentí aliento al no verte…
Quise morir en tu enfermedad, quise adherirme a tu piel, a tus labios, quería nunca marchar…
Ahora, en lo incomprensible de la lejanía, tu encanto perdura, me envuelve la imagen de tu mirada, me agobia el no ver tu sonrisa, mi sonrisa…
Inapacible te espero…