Iniciado por ST. Eliana Jennifer Márin

Son las nueve de noche y un ruido particular interrumpe el silencio en la habitación de "Tornado"*, capitán del AC-47 avión Fantasma, es el timbre del celular que identifica el número del Coba (Centro de Operaciones Base Aérea), llamando para una nueva operación... hay que salir a volar.

El destino: Murillo, población tolimense a aproximadamente 3.000 metros sobre el nivel del mar que está siendo asaltada por un frente de las Farc. Nueve policías se defienden del ataque cruel y despiadado de aproximadamente 200 terroristas que lanzan sobre la pequeña estación de policía, roquets, cilindros bomba y granadas, como si se tratara de una fiesta de juegos pirotécnicos.

Enseguida reacciona toda la tripulación: Piloto, Copiloto, Jefe de armeros y Armeros abordan la aeronave con el propósito de ayudar a aquellos policías que seguramente los están esperando ansiosamente. Una idea ronda la cabeza de "Tornado" y es llegar a tiempo... "ojalá que todavía estén vivos", piensa.

En el transcurso del vuelo y mientras llegan al punto, por el radio les informan los detalles pertinentes para poder operar con efectividad. Los visores nocturnos les permiten darse cuenta que la población ya ha abandonado sus casas tras el temor del combate, se desplazaron hacia las afueras del municipio buscando refugio en el campo; mientras tanto, la guerrilla toma posiciones estratégicas para arremeter desde todos los ángulos a la casa que resguarda la ya destruida estación de policía de Murillo.

Orbitando sobre el pueblo establecen contacto con el Intendente de la Policía que maneja el radio, quien con voz quebrantada por el temor, pero a la vez entusiasmado por la llegada del avión, pide insistentemente auxilio: " Fantasma, fantasma ... ayúdenos por favor, se nos acaba la munición....Fantasma, colabóreme...quiero llegar a Navidad, quiero estar con mi hija y mi esposa, no me quiero morir!!, por favor ayudenos".

"Tranquilo, ya estamos aquí y los vamos a ayudar... ", responde "Tornado", a la vez que confirma que los nueve policías aún están vivos y se defienden con coraje. Les pide que se resguarden por que inmediatamente se dispone a aplicar la fuerza. Ubicados los blancos comienza a disparar y poco a poco los narcosubersivos se ven doblegados por el poder del Fantasma.... tienen miedo!!, alguien les dispara, los mata y no lo pueden ver...

Después de unos minutos de combate, un silencio helado invade la cabina del avión, el radio de telecomunicaciones se quedo silencioso por un lapso de casi de dos horas y se presiente lo peor. Sin embargo, "Tornado" y su tripulación siguen ejerciendo todo el poder de su aeronave sobre los terroristas, que al verse sometidos emprenden la huida. En un instante inesperado reaparece la voz del Intendente en el radio, la emoción se apodera de todos y nuevamente entablan contacto: "Estamos bien y todos vivos. Durante una explosión perdimos la antena del radio, pero seguimos aquí. Gracias Fantasma!".

Los nueve policías retoman el control de la población y cesan los disparos, el Fantasma los acompañó hasta las cuatro de la mañana, cuando se cercioraron que todo estuviera nuevamente en orden. A esa hora emprenden la retirada con la satisfacción de haber ayudado, una vez más, a que triunfe la voz y la legitimidad del pueblo colombiano.

Son las cinco de la mañana, en la boca un confortante sabor a café y en el alma, la tranquilidad del deber cumplido. Termina una jornada más del Fantasma y en la brisa de la mañana apaga sus motores, en espera nuevamente del llamado de algún colombiano que así lo requiera.

"Tornado"*: Nombre ficticio utilizado para resguardar la seguridad del protagonista.