Los voceros de la empresa Sueños del Balón S.A. que actualmente administra al Deportivo Independiente Medellín, aseguraron que ellos solo responden por la gestión que comenzaron en marzo de 2006 y no por actuaciones de administraciones pasadas.
Reiteraron que no es cierto, "como sugiere la revista Semana" en su última edición, que la compra del 83 por ciento de las acciones del club a la familia Tamayo haya sido "una simulación".
"Lo que publica Semana es una serie de denuncias de los años 2002, 2003 y 2004 y no sería lógico que nosotros respondiéramos por eso", dijo el actual presidente de la institución, Carlos Palacio.
El dirigente señaló que la primera tarea que realizaron, antes de cerrar el negocio, fue una auditoría contable para conocer la situación financiera del DIM. Y encontraron que a diciembre de 2006 los pasivos eran de 4.000 millones de pesos.
La transacción total para quedarse con los títulos de la familia Tamayo fue por 7.800 millones de pesos, incluidas las deudas. Es decir que a través de la figura de la fiducia pagarán, en un plazo de cinco años, los 3.800 millones de pesos restantes.
"Todo se hizo por medio de Fiduciaria de Occidente y aquí están los contratos registrados ante la Superintendencia de Sociedades y revisados por Coldeportes Nacional. Además, cada una de las personas que participamos en el negocio estamos respaldados con documentos de la Procuraduría y con las declaraciones de renta", advirtió Palacio.
Sueños del Balón, mediante derecho de petición, solicitó a la Unidad Nacional para la Extinción del Derecho de Dominio y Contra el Lavado de Activos, de la Fiscalía General de la Nación, información respecto de la investigación que cursaba en ese despacho (radicado 027 L.A.) en la que se mencionaba a Rodrigo Tamayo, en ese momento el mayor accionista del Medellín.
La respuesta, fechada el 18 de abril de 2007, dice en sus apartes:
"... Me permito comunicarle que las debidas diligencias se encuentran en etapa preliminar, mismas en las que se recauda material probatorio que permita establecer si el señor Tamayo Gallego y otras personas pueden estar incursas en algún delito contra el orden económico y social.
No obstante lo anterior, como quiera que se trata de una investigación preliminar, no se ha dispuesto la vinculación ni del señor Tamayo Gallego ni de ninguna otra persona, con ocasión al precitado proceso, razón por la cual, por parte de este despacho, no pesa en su contra ninguna medida restrictiva de la libertad".
Así las cosas, dijo Palacio, continuaron con la negociación que se confirmó mediante escritura pública en noviembre de 2006. Los socios de Sueños del Balón son Carlos Palacio, Jorge Osorio, Juan José Peláez, Víctor Luna, Francisco Maturana, Minta Muñoz, Fernando Jiménez y William Villa, quienes aseguraron que el próximo año se concretará el proceso de democratización del club. Igualmente, pusieron a disposición del público los documentos que existen de la transacción.
Las demandas
En relación con el ex revisor fiscal del Medellín, Juan Bautista Ávalos, quien el 3 de noviembre de 2004 "denunció ante la Fiscalía General graves irregularidades del equipo que estaba encargado de vigilar", según Semana, Palacio dijo que lo único que conoce es que este señor había perdido, en primera instancia, una demanda laboral que le hizo al Medellín, y que instauró una denuncia penal contra Tamayo Gallego, "pero no conozco más detalles".
Este segundo hecho es motivo de investigación por parte de la Fiscalía.
Fernando Jiménez, también acusado por Ávalos, manifestó que no tiene nada que temer porque siempre ha actuado con transparencia. "Todos mis documentos están en regla y a disposición de las autoridades para que investiguen si lo consideran necesario", apuntó ayer.
Niega soborno
El ex presidente del DIM, Javier Velásquez, quien estuvo en la entidad desde el 1° de enero de 2001 al 15 de marzo de 2005, aseveró que allí "jamás se hizo un negocio que no fuera ortodoxo, es decir, por fuera de cómo tiene que ser. Todos los jugadores que se vendieron, de todos entró el dinero por medio de los bancos de Occidente y de Colombia, que a su vez los tramitan con el Banco de la República con toda la legalidad del caso. Eso está en los recibos del Medellín y no hay ningún problema".
Respecto al supuesto soborno de 10 millones de pesos al árbitro de la final con Nacional en 2004, agregó que esa denuncia "es una falta de respeto para nosotros y para el mismo Nacional. Jamás se compró ningún partido, esas son conjeturas y bobadas que dicen".
Recordó que a raíz de la denuncia de Ávalos, hace tres años, la Fiscalía hizo visitas al club y revisó todas las operaciones. "Todo se aclaró y nunca más me volvieron a citar".
En el caso de la venta de John Javier Restrepo al Cruz Azul de México por 1.080.000 dólares, cuyo porcentaje mayor supuestamente se le entregó a Tamayo, y solo 400 mil dólares al equipo rojo, advirtió que hay una confusión con las cifras porque lo primero fue un préstamo y luego se hizo efectiva la opción de compra".
Para resolver las dudas, explicó Velásquez, en el Medellín están los archivos de contabilidad. "Yo aclaré todo ante la Fiscalía en su debido momento y estoy tranquilo", concluyó el ex presidente rojo.
El fútbol está listo para ser investigado
La versión de la Revista Semana que hace referencia a los supuestos vínculos entre los paramilitares, el narcotráfico y el fútbol, molestó a mucha gente en el país. El presidente de la Federación Colombiana de este deporte, Luis Bedoya, dijo que lo publicado por la revista no está acorde con la realidad. “Es muy preocupante que aparezca este tipo de artículos, pero nosotros manifestamos lo que hemos dicho otras veces, el fútbol es totalmente transparente y abierto a que los organismos del Estado lo investiguen, porque el fútbol siempre está brindando información sobre la procedencia de sus capitales y una cantidad de documentos que nos exigen la Superintendencia de Sociedades y Coldeportes y debemos continuar con esa política que es fundamental”.
Tomado de
http://www.elcolombiano.com.co/Banco...?CodSeccion=53