El delito informático no detiene su paso. Ahora abordó dos nuevas modalidades, denominadas smishing y el vishing.
El primero de ellos consiste en el envío de SMS a teléfonos móviles y cada vez se expande más a nivel mundial. Con un simple mensaje de texto, se le avisa al móvil de la "víctima" acerca de la suscripción a un nuevo servicio. Por lo general se trata de uno de citas amorosas.
Para anular el servicio, se adjunta un número. En ese teléfono lo atenderá una contestadora automática que le solicitará los datos personales, hasta llegar a los bancarios. Es ahí cuando en minutos pueden vaciar las cuentas personales de los más ingenuos.
William Beer, directivo de la empresa de seguridad de Internet Symantec, informó que sólo el 3% de las personas caen en las tradicionales formas de phising.
Pero estos números se pueden triplicar en caso de los nuevos tipos de robos, porque la gente aún no está alertada.
Son el caso del smishing y el vishing, que es muy similar al antes desarrollado. A través de un software, el ladrón efectúa el fraude desde un teléfono que llama aleatoriamente a todos los números de un territorio definido.
Cuando alguien atiende, le dan un nuevo número para llamar. Que no es más que una trampa mortal para quedar en bancarrota.