En una reunión feminista, algunas mujeres salieron para contar su testimonio de liberación.
Sale la chica de Argentina y dice: - Un día me levanté y dije, Armando a partir de hoy no voy a cocinar más. Pasó un día y no vi nada, pasaron dos días y no vi nada, al tercer día Armando había hecho la comida.
Sale la chica de Estados Unidos y dice: - Un día me levanté y dije, Michael a partir de hoy yo no lavar más platos. Pasó un día y no ver nada, pasaron dos días y yo no ver nada, al tercer día Michael había lavado cocina.
Sale la mujer de Colombia y dice: - Un día me levanté y dije, Rogelio a partir de hoy no hago más oficio. El primer día no vi nada, el segundo día no vi nada, al tercer día comencé a ver por el ojo izquierdo y al cuarto empecé a caminar otra vez.
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Un hombre que sospecha que su mujer le era infiel, finge que va a salir y se queda escondido en el armario. Unos instantes después tocan a la puerta. El tipo piensa: - Entonces es cierto que me engaña.
Entra un joven muy apuesto y el esposo apenas lo ve piensa para sí:
- Claro que hay que reconocer que es un tipazo, cualquier mujer engañaría a su marido con un hombre así.
El joven se quita la camisa y deja ver unos brazos bien gruesos y un pecho muy fornido.
- Con razón… es que con esa musculatura, cualquier mujer se descresta.
Luego se quita el pantalón y quedan expuestas unas piernas muy desarrolladas y musculosas.
- Ah es que con esas piernas de ciclista, enloquece a cualquier mujer.
Finalmente se quita los calzoncillos y deja ver un pene grandísimo.
- No hay duda que con un pipi así conquista a cualquier mujer.
En esas sale la mujer del baño sin ropa y con las tetas todas caídas y el marido piensa: - Uy que pena con ese man.