Como todos los mesías, con Petro al frente ocupándolo todo, imposible el surgimiento de alguien. Igual que con Uribe y todos los caudillos que en el mundo han sido. Se necesita su jubilación o que trascienda a las estrellas cuando termine su vida terrenal para que los que están haciendo fila comiencen a surgir.

Petro no dejará huella por lo que hizo, bien poco, sino por lo que demostró. Su llegada al poder le enseñó a este país perdido en el siglo XIX que si se arriesgaba podía llegar al siglo XX, incluso al XXI de la mano de reformadores.

Respecto a Iván Cepeda tengo otra perspectiva. Es un tipo inteligente, conoce el país e, incluso, se atrevió a calificar de innecesaria la constituyente enfrentándose al patrón. Ha sido buen parlamentario, pero no es de las entrañas de Petro y aunque es presidenciable, aún no llega su momento. Es prudente y sabe que de lanzarse se quemaría.

Se necesita una figura fresca y pienso en estos momentos en Laura Sarabia, el poder detrás del trono, pide cuentas a los ministros y le cuida las espaldas al presidente. No me extrañaría que Petro la lanzara o a María José Pizarro, hija de un líder admirado por Petro y que simboliza al M-19 en toda su dimensión.

Pero aún falta al menos año y medio para que se vislumbre quién se va a enfrentar a Claudia López, segura candidata del centro. En este momento hay una derecha fragmentada y una izquierda débil que no tiene una figura capaz de suceder a Petro.

Hagan sus apuestas.