El mensaje es claro. No van a entregar las arnas ni van a someterse a la justicia. Están envalentonados. Gracias a Petro, crecieron y hoy están más fuertes que nunca. El próximo gobierno tiene que poner las cosas en su lugar. Debe reducirlos a su mínima expresión con el poder del Estado para que los sobrevivientes negocien su rendición.