Respuesta: Chistes buenos, malos y perversos... Todas las mujeres del reino están invitadas al festín donde el príncipe escogerá a su futura esposa. Por supuesto, las hermanastras de Cenicienta se ponen sus mejores vestidos y salen para la fiesta dejando a la pobre niña encerrada y llorando.
De pronto, se aparece su hada madrina y le dice que ella puede liberarla, darle un vestido hermoso y una carroza para que pueda asistir a tan magna celebración pero con la condición de que tiene que estar en casa a las 12 de la noche, pues a esa hora su vagina se convertirá en una gran sandía, por una falla en el hechizo original que no han podido arreglar todavía.
Por supuesto, Cenicienta acepta encantada y hace mil y mil promesas de que saldrá de la fiesta antes de las 12.
Cuando llega en su espléndido carruaje, con su precioso traje y super hermosa, llama la atención de todos, especialmente del príncipe, quien inmediatamente se acerca y pasa con ella todo el tiempo, bailando y disfrutando de su compañía.
Se va acercando la medianoche y llaman a la mesa, sirven la entrada o aperitivo y era un gran trozo de sandía en un plato de oro.
El príncipe se abalanza sobre la fruta, se la lleva a la boca y la lame, la muerde, la chupa y la disfruta de una manera salvaje. Todos quedan admirados de la forma como tan noble señor consume con gran deleite la sandía.
Luego de esto, y mientras esperan el plato principal, el príncipe le pregunta a Cenicienta:
- ¿Hasta qué hora puedes quedarte en la fiesta?
A lo que Cenicienta, con una gran sonrisa, responde:
- Ehhh, por ahí hasta las dos o tres de la mañana... |