Tengo el anhelo de que mis esfuerzos no sean inútiles.
Y, lo único impronunciable es la angustia acumulada.
Toda sonrisa parece una ilusión que se desvanece en un segundo.
De repente, aborreces todo, el mundo deja de tener sentido.
Nada importa.
Pero, el mundo eres tú y no soportas el aire asfixiante de tu propio ser.