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#1 |
Denunciante Dorado
 |  Adelantándome al DIM (No, no es el poderoso), en un web site impropio para ello (O quizá)
Calificación: de
5,00
 | -Soyado- DIM en este caso, son las siglas que corresponden al tal Día Internacional de la Mujer. Exacto, leyeron bien: dije “tal Día”, no “el Día”, puesto que no quiero darle tanto bombo a la fecha de pasado mañana 8 de marzo como durante mucho tiempo me obligué y me obligaron a hacerlo.
Era más fácil cuando uno era pelao: no tenía que hacerles caso a estas pendejadas.  Antes de seguir, quiero aclarar que el espíritu de esto que leen no va en plan misógino (es decir, no se trata de odio hacia las mujeres), ni tampoco se encamina hacia el machismo (que es casi lo mismo que la misoginia si bien se mira), aunque comprendo que sea fácil considerar este texto o misógino o machista a pesar de la aclaración compartida.
La verdad, es que me da una tranquilidad enorme saber que no voy a dedicar reflexiones ni a inventarme metáforas ni a espetar un simple “Feliz DIM” por cualquier red social ni a regalarle maricadas a ciertos especímenes del sexo femenino. ¡Aleluya! Adiós a la idea de inventarme algo para las compañeras de trabajo, para las jefas, para la vecina, para mis probables amigas, para la que me vende arepas, en fin.  Me ahorro palabrería y plata en estas cuestiones y de paso, comienzo a forjar con seriedad la filosofía aquella de no ceder ante ciertos convencionalismos. Y además de lo dicho en las líneas inmediatamente previas a estas, tengo el propósito de no aparecerme el 8 3 por los Estados de Whatsapp del par de contactos de mujeres que conservo allí. Si es que publican algo.
Releyendo lo que a medida he ido redactando, me doy cuenta de que mi debate no es necesariamente en contra de la existencia del Día Internacional de la Mujer, sino más bien frente al imaginario relacionado con su pretendida celebración. Celebración que parece ser exactamente igual a la de otros “Días”: un comercio de mercadería diversa, junto con un discurso que no sale de lo políticamente correcto.  El primer factor, el del comercio, es más aceptable en cierta forma porque al fin y al cabo se trata de una demostración de la compra y venta de productos y servicios con la que a diario hemos de vérnoslas; el otro resulta más jodido de analizar.
Sin embargo y tratando de salirme de guiones prestablecidos, brindo en el Día Internacional de la Mujer por aquellas de las que obtenemos conocimiento y placer. Por esas que se mantienen en nuestros recuerdos sin importar su quehacer. Por quienes se destacaron y ya olvidamos. Por las que nos trataron mal alguna vez y, aun así, quisiéramos volver a ver. Por las que tratamos mal alguna vez y, aun así, sus perdones supieron ofrecer.  Por las damas que tildan de “bandidas” pero que sin duda nos demuestran un buen corazón. Por las desconocidas que mediante un gesto o una palabra nos acarician el alma. Por las que tan solo con sus cuerpos, nos demuestran a los hombres que difícilmente llegamos a un pie de página. Por las que tan solo por su sabiduría quieren darnos a entender que la humanidad, después de todo, aún no está perdida.
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