vean la de tool

[10.000 Días]

Escucha los cuentos e idealiza,
Como seguimos el camino del héroe.
Alardeando sobre el día cuando los ríos se salieron de su cauce.
Como nos levantamos a la altura de nuestra aureola.

Escucha los cuentos mientras todos racionalizamos
nuestro camino en los brazos del salvador,
Fingiendo todos los juicios y las tribulaciones.
Ninguno de nosotros ha estado ahí...
No como tú....

Ignorantes desinteresados en la congregación,
reuniendo gente alrededor, vomitando simpatía.
Déjenme...
Ninguno de ellos podría siquiera sostener una vela en tu nombre,
cegados por elecciones que los hipócritas no buscarán....

Pero suficiente sobre el Judas colectivo.
Quien pudo haber negado que tu eres la que iluminó.
Tendrás un pedazo de lo divino.

Esta pequeña luz mía,
El regalo que me traspasaste.
La dejaré brillar,
Para guiarte segura en tu camino.
Tu camino a casa.

¿Qué harán ellos cuando las luces se apaguen
Sin ti para guiarlos a todos a Sión?
¿Qué harán ellos cuando el río se desborde
Más que estremecerse incesantemente?

Alto es el camino, pero nuestros ojos están puestos en el suelo.
Tú eras la luz y el camino del cual ellos sólo leerán.
Yo solo rezo, el cielo sabe cuando te levantará.

Diez mil días en el fuego es más que suficiente.
Estás yendo a casa.

Tú eres la única que puede mantener tu cabeza en lo alto...

Golpea las puertas con tu puño, diciendo:
He llegado a casa ahora.
Tráiganme al espíritu,
Al hijo y al padre.
Díganles que su pilar de fe ha ascendido.
Es mi hora, ahora es mi hora.
Dame mis, dame mis alas.

Dame mis,
Dame mis,
Dame mis,
Dame mis,
Dame mis,
Dame mis alas.

Tú eras la luz, un camino,
Del cual ellos sólo leerán.

Puesto como estoy, con mis maneras y mi arrogancia.
Carga de pruebas lanzada sobre los no creyentes.
Tú fuiste mi testigo.
Mis ojos, mi evidencia.
Judith Marie, la incondicional.

La luz del día disminuye dejando una fría fluorescencia.
Difícil verte en esta luz.
Por favor perdona esa atrevida sugerencia…
Si debes ver el rostro de tu creador esta noche.
Míralo en su ojo,
Míralo en su ojo, y dile.
Nunca viví una mentira, nunca tomé una vida.
Pero ciertamente salvé una, aleluya.
Es hora de que tú me lleves a casa.