La primera provoca mi admiración. Una metáfora sobre la guerra civil irlandesa. Amigos de siempre que en algún momento rompen su relación y terminan enfrentados con consecuencias insospechadas. El ambiente en el que se recrea muestra la tranquilidad de la vida en comunidad hasta que uno de los dos amigos la rompe porque le aburre su compañía. A partir de allí se desatan las pasiones, se esculca el interior, se perturba la comunidad hasta llegar a la destrucción misma de los protagonistas. Imposible huir porque esa es su vida así que deben llegar hasta las últimas consecuencias y al final todos pierden. Se mutilan los cuerpos y las almas y queda la venganza.

Una estupenda película de Martin McDonagh quien en 2017 nos había dado en la vena del gusto con Tres anuncios en las afueras, mostrando una maravillosa Frances MacDormand que busca justicia en un clamor que le estruja el corazón al espectador. A mí, particularmente, lo revolcó. Esta vez también lo consigue. No la tiene fácil, pero se merece su nominación. Una de las mejores películas de 2022,