Únicamente la unión de los débiles hará posible la formación de bloques que enfrenten los abusos de los fuertes. Colombia sola no hace la diferencia, pero si se une a las demás democracias del mundo aumentan las probabilidades de defenderse de las grandes potencias.

Si Rusia pierde, como sucedió en Afganistán, se habrá enviado un mensaje al mundo de que no todo se resuelve por la fuerza. Si, por el contrario, gana, estaremos expuestos los débiles a mayores agresiones de los que nos superan en armamento y economía.