Por Soyado desde el celular
Ya no hacen algunas películas como antes, y cuando suelto esta frase lapidaria pienso en por ejemplo los efectos especiales que se usaron en producciones como 'La cosa' de John Carpenter (1982) o el remake de 'La tiendita del horror' de Frank Oz (1986), esta última también un musical como el largometraje que nos compete en esta opinión.
Pero así es la vida y así es el cine, que cuando estaba yo en mi niñez qué me iba a a imaginar dizque escribiendo en un teléfono, o que un montón de personajes hechos por computadora iban a aparecer en las películas como pan dejando a las marionetas, a los modelos mecánicos y a actores disfrazados como postales de un glorioso pasado.
'Lilo Lilo Cocodrilo' se convirtió en la tarde del jueves 27 de octubre en la primera peli que me vi comprando una boleta por la página de Royal Films; en otra que integra mi particular lista de funciones en el cine siendo yo el único espectador en la sala; en la segunda que me pillo de Javier Bardem en pantalla grande y... Tal vez la única en la que al CGI le perdono totalmente el darle vida a su protagonista.
Esta es la historia de un SAS, término que inventé y que hace referencia a saurio animado sensual, que tiene la capacidad de cantar y de bailar quien es descubierto en su "infancia" por un fracasado show man interpretado genialmente por el mencionado actor español. El SAS es abandonado por el tipejo este pero algún tiempo después llega a la vida de una familia típica estadounidense llena de unas pendejadas copy and paste, que ya nos las sabemos de cabo a rabo de consumir tanta filmografía gringa.
¿Qué creen? El SAS se vuelve amigo del chico de la familia que es, adivinaron, un preadolescente agüevado que colecciona tarjetas, sufre de asma y también un poco de bullyng al llegar a su nueva escuela en Manhattan. Nuestra familia típica estadounidense se echa de enemigo a uno de los residentes del apartamento a donde llegaron a vivir, personaje este en son de permanente hp interpretado por este man que hace de Murray en 'Stranger Things'.
El SAS o mejor dicho Lilo, se gana luego los corazones o mejor dicho el sentimentalismo barato del papá y de la madrastra del pelao agüevado quien es una simpática taiwanesa o mejor dicho, la cuota asiática dentro del cuento de la inclusión metida con calzador. Sí, hay negros en la película. Sí, hay un latino en la película, ya saben quién, y sí: hay una especie animal considerada generalmente fea y atroz. Aquí se esmeran por quedar bien con todo el mundo.
¿Bueno? ¿Y es que vos estás diciendo esto, Soyado, y titulaste el post aprobando la película? ¿Cómo así? Ah, es que yo nada más estoy diciendo una realidad del presente del séptimo arte y he de decir que me eché un buen caldo de ojo con la asian stepmother y con una niche que apenas interviene en un par de escenas. Así como gocé la presencia de Bardem en la trama y la del SAS, así es.
Dije que la película es un musical, y los musicales siempre caminan por la corniza que puede hacer caer nuestro ánimo hacia el aburrimiento o hacia una intención sincera de volverte una persona de un humor tan negro como el carbón. 'Lilo Lilo Cocodrilo' logró despertar ambas sensaciones en mí pero muy esporádicas. Mejor dicho, se salvó de que lo tirara a la caneca del olvido y eso en gran parte por las maneras del muñeco reptiliano parido en un software.
Confieso que el verraco este me "atrapó" desde que vi su cartel promocional, haciendo sus abluciones en una tina; lo que confirma que la publicidad de la película no pudo ser más atinada, ja, ja, ja, qué comentario tan brillante. Y luego está el hecho no menos importante de que revisando la nueva cartelera que arrancó ayer jueves no encuentro nada más que valga la pena ir a ver. Quería disfrutar de una función en un horario soporífero en el cine y así resultó ser, con una historia que supo mantenerme enganchado en la butaca sin que llegara a pensar que perdí la boleta.
O mejor dicho: que a pesar de ser una boleta de peli no me sentí una boleta, menos mal.