Digo que fue pragmático porque entendió que solo con el concurso de todas o por lo menos de la mayoría de las fuerzas políticas es posible sacar adelante el país. Dejó de considerar a las demás corrientes políticas como enemigas a las que debía destruir y las convirtió en aliadas. Dejar atrás el sectarismo y entender que todos navegamos en el mismo río aunque en diferentes barcas lo convierte en estadista. La verdad, a pesar de mis reservas me tiene sorprendido. Dejar atrás el odio que llevamos enquistado desde el comienzo de nuestra vida republicana y que ha causado tanto dolor y muerte es el camino correcto si queremos progresar como nación.

La derecha duró más de doscientos años gobernando y casi no se deja desbancar. Las nuevas fuerzas políticas llegaron para quedarse. Petro apenas es un líder en la transición hacia un país más incluyente.