La mayoría de las campañas políticas acuden a prácticas perversas. En vez de defender sus ideas lo que hacen es denigrar del contrario acudiendo a la calumnia y la difamación. Petro lo hizo a través de Roy Barreras y Uribe no fue la excepción. Está ampliamente documentado. Predicó el odio, como antes lo hiciera Laureano Gómez y antes de él muchos otros.

Demasiadas guerras civiles hemos tenido a lo largo de los doscientos años de vida republicana producto de los odios partidistas. Ojalá -mi optimismo es moderado- en verdad se comience una época de concordia. Porque es más fácil dejar de matar que dejar de odiar.

En lo que se refiere a Petro, tengo mis reservas, pero le reconozco que como presidente electo se muestra conciliador y aunque el "pacto nacional" que propone ya se ha intentado muchas veces como el "acuerdo sobre lo fundamental" de Álvaro Gómez por poner un ejemplo, espero que le vaya bien y que entre todos tratemos de construir un país mejor.