No hay que ser más papistas que el Papa. Ya los mismos políticos perdedores reconocen los muchos errores que cometieron para perder el poder. Duque solo fue el último eslabón que se rompió. Por dedicarse a volver trizas la paz se olvidó de gobernar. No interpretó el momento histórico, no escuchó las voces de descontento, y en vez de resolver problemas se dedicó a combatirlos con violencia.

Les voy a compartir unas reflexiones de un viejo zorro de la política, Fabio Valencia Cossio. Con frialdad analiza las causas que llevaron a la debacle a los partidos tradicionales. No le echa la culpa a Petro que es lo más fácil, sino a sus propios errores, sobre todo a la corrupción rampante que erosionó su poder político.