Una de las enseñanzas de Sun Tzu en el arte de la guerra es que hay que aliarse con los enemigos secundarios para derrotar al principal. Lo hizo Mao Zedong. Se alió con Chang Kai Shek para derrotar a los japoneses en la segunda guerra mundial y luego, mucho más fuerte, hizo lo propio con el líder nacionalista.

Petro solo no puede ganar la presidencia y él lo sabe. Lo esencial es derrotar al uribismo que hoy se agazapa detrás de Fico. Con el partido liberal su opción de ganar la primera vuelta era grande. Ahora, sin la alianza con Gaviria, su potencial electoral queda reducido a los cinco millones de votos de la consulta, mientras su contendor, Fico, con los votos de Gaviria y de las maquinarias de los demás partidos, es probable que gane en primera vuelta.

Como en la clasificación de la Selección Colombia al Mundial de Qatar, Petro necesita un milagro y aunque Francia Márquez es una mujer valiosa, radicaliza su discurso y no pocos de quienes votaron por él en la consulta se van a ir al Centro o se abstendrán de votar. No creció, decreció en votación. Petro lo sabe y por eso trató de minimizar el discurso de su aliada porque sabe que sin Gaviria se le daña el caminado.

Petro, ayer, perdió las elecciones. Lo peor es que no podía hacer otra cosa. Si no elegía a Francia fracturaba el Pacto. Esta lideresa, sin experiencia política, enterró las aspiraciones de la izquierda de gobernar el país.