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Denunciante Dorado
 |  Vuelve ‘El Aguafiestas’: entre culos, tetas y coños, una nueva crítica cinéfila del imberbe Soyado
Calificación: de
5,00
 | Hacía rato que no tenía una salida que no fuera pal trabajo, o para la EPS. ¡Bueno! Hoy pude vencer a la modorra casera como a cierta angustia social y me despaché una doble función en el Único luego de no visitar un multiplex hace ya sus buenos meses, creo… Y les digo que trataré hasta donde me sea posible de no volver a mamarme una cola la hijueputa tanto para comprar boletas como un combo.
La primera peli se trató de ‘Cazafantasmas, el legado’. Lo primero con lo que debemos de estar agradecidos, es con la presencia en este largometraje de Annie Pots, Dan Aykroyd, Bill Murray, Ernie Hudson, Sigourney Weaver y… Harold Ramis. Sí, también este último, como lo acaban de leer, y en sus papeles originales de las dos primeras entregas.
 Para ser un ciudadano responsable que no le espoilea chimbamente a sus lectores, a quienes no lo han visto no les diré si aparecen mucho o poco: el caso es que hizo muy bien la producción en tenerlos en cuenta para esta ocasión, y más respetando los roles que tan maravillosamente interpretaron en los ochentas (así sea solo que lo hagan de manera meramente presencial, como sucede con un par de estos artistas).
Fuera de este factor nostálgico, me parece que los nuevos personajes principales en general ayudan a construir un argumento lo suficientemente equilibrado que les da valía por sí mismos; es decir, no tienen que depender de manera total de la trama básica de hace casi cuarenta años atrás.  Puntos a mi gusto dentro de esta estrategia de elenco para Carrie Coon quien encarna a la mamá de la preadolescente protagonista. Así como Sigourney Weaver supo ser el reclamo erótico del querido clásico del 84, para mí Carrie resulta ser una exquisitez de milf que ni te cuento. Y hablando del casting fantasmal, las referencias a Pegajoso, el Hombre de Malvavisco y los perros del Averno resultan ser detalles muy bien logrados que no desentonan ni se ven metidos a la fuerza.
Y rematé con ‘Encanto’, caballeros. Antes de la susodicha, un cortometraje animado maravilloso de Disney intitulado ‘Lejos del árbol’ protagonizado por dos generaciones de mapaches el cual me hizo llorar. Hombre, y luego viene la tal ‘Encanto’, que en sus primeros lances generábame muecas de animadversión por unos detalles que consideré una mierda como si estuviese presenciando un partido de la Selección.  Buena parte de la primera mitad de ‘Encanto’ caía de culo pal estanco dentro de mi alma cinéfila, hecho que exacerbaban las canciones de las cuales no entendí nada, he de confesar (más la presencia de un Cuadradito que resultó siendo una especie de Doctor Dolittle. Aquí sí perdón por el spoiler, se me salió la colombianada). Pensé en un par de ocasiones en abandonar la sala por semejante bodrio con el que a mi juicio me estaban torturando discretamente, y me animé diciéndome que realmente la movie era todo un éxito a su manera y no perdía yo la plata de la entrada y el confite: pues, supuestamente ambientada en Colombia, me seguía decepcionando…
Parceros; menos mal que a esta joda se le apareció la Virgen, como se dice en este platanal. Llegó un increíble momento para Ripley tal cual si la Tricolor marcara un gol en donde todo o casi todo se compuso. Perdón, no se apareció la Virgen: simplemente, el guion se dejó de maricadas y fue a la fija con la previsible historia de superación y redención hollywoodense. Las mil y una referencias a la cultura chibcha no hacían un carajo.  Terminé aprobándola, en definitiva. Acepto que muchas reflexiones logran dejar en el espectador dispuesto a captarlas y llegó a tanto mi entusiasmo, que hoy estoy convencido de que no sé cómo putas Colombia se va a clasificar a Qatar no importando que la eliminen en primera ronda. Personaje destacado, el chigüiro: se roba el show en silencio. Gracias por leer.
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