La ideología de Petro asusta a la extrema derecha, pero no se tiene en cuenta que de ganar tendrá que gobernar con un congreso mayoritariamente opositor que le atará las manos. Y aquí está el peligro. Serán cuatro años de toma y dame que harán imposible gobernar, salvo que haga como los demás presidentes, se alié con algunos sectores como el liberalismo o los sectores alternativos como la "Coalición de la esperanza" para sacar adelante sus proyectos. Esto lo obligará a cederles parte de su poder.

Pero lo que preocupa es su soberbia y su ineptitud. Es un buen político, pero en la oposición. Gobernando es un desastre. Bogotá lo demuestra. No escucha a nadie. Quiere saltarse todo con tal de conseguir sus propósitos. No sabe trabajar en equipo. Es el clásico caudillo que pone a funcionar el Estado alrededor suyo.

Finalmente, el peligro está en la asamblea constituyente que planea convocar lo que le permitirá disolver el congreso y rediseñar el Estado en su beneficio, comenzando por la reelección y si le creemos que para realizar su proyecto de país demora veinte años, este sería el término que se daría para estar en el poder.

Por fortuna, si llega a la segunda vuelta, tanto el centro como la derecha votará en contra suya para evitar que haga de Colombia un desastre. Infortunadamente se preferirá a la derecha conocida para que siga en el poder.