No se pueden revolver peras con manzanas. Una cosa es un proceso de paz que pretende resolver cincuenta años de violencia, con millones de víctimas, violencia provocada por la guerrilla, los paramilitares y los agentes del Estado, cobijándolos a todos porque de aplicarse la justicia ordinaria se demorarían cerca de cien años los procesos. Por ello, alrededor del mundo se hacen los procesos de paz. No solo para terminar la violencia atroz que ha marcado a varias generaciones sino también para evitar que afecte a las próximas generaciones. es obvio que nadie se desmoviliza sino hay una pena menor que sobre todo busque la verdad para que, aclaradas las causas, no se vuelva a repetir. Aquí predomina el bien común.

Otra cosa es un pedófilo. Contra su infame conducta se puede adelantar un proceso. No obstante, apenas el ocho por ciento (8%) son condenados. Por ello se pedía que en vez del engendro de "cadena perpetua" simplemente se aplicaran las leyes existentes. Es la impunidad la que debemos corregir.