Sin embargo, no resulta justo calificar a LD+R 2 como una experimentación poco afortunada o decir que su visionado resulta decepcionante en comparación con la 1. Porque tengamos en cuenta que en esta ocasión hay un poco menos de la mitad en cantidad de entregas que la vez pretérita y sin duda esto influye.

Además, han pasado un par de años desde que se diera a conocer la serie y ESTO ES DEMASIADO TIEMPO DE ESPERA tratándose de un producto televisivo, o en este caso de streaming. Puestos entonces en relieve estos hechos para ayudar a mantener la empatía hacia una propuesta que -insisto-, merece grandes reconocimientos, no hay inconveniente alguno en admitir un ligero descenso en los atributos sobre todo de sinopsis en LD+R.

Para usar un símil que me gusta: es como una hembra que te consta se ha mantenido buen rato en un punto que juzgas como deseable a según tu apetencia, pero algún tiempo después le notas algunas características que consideras como desmejoras que han aparecido por tales o cuales motivos.

Estos no necesariamente hacen que la descartes; sin embargo, sabes bien que ella tuvo una impresión en ti mucho más gloriosa si cabe el término, y te quedas con una duda normal acerca de si será posible que se recupere de alguna manera esa admiración que te hacía “caminar entre nubes”. Así me ha sucedido con la reciente demostración de LD+R.

En resumidas cuentas, una moraleja que se podría sacar de este análisis de mi parte es que el tiempo y la confianza no siempre resultan aliados cuando hablamos de una creación artística. El uno y la otra pueden jugar en contra, y considero que precisamente esto le sucedió a LD+R, mas sin consecuencias catastróficas por suerte. Se confiaron demasiado, y terminaron brindando algo que, no sé si hasta ellos mismos lo reflexionen, pudo constituirse en algo más memorable…