Federico Gómez Lara el redactor del artículo es más bien de corte liberal, pero en Colombia es algo ya típico que las personas salten de partido en partido o migren sus convicciones, así que no descarto que pueda tener cierta empatía por ese candidato.

El potencial electoral según la registraduría nacional hoy es de 38,539,522 en el 2018 era de 36 millones, ahí tienen un grueso importante para capitalizar si hay segunda vuelta, es grosero hacer un pronóstico pero me atrevo a pensar que en el 2022 volveremos a ver ese escenario en el que en una segunda vuelta haya un pulso por un candidato del Uribismo y Gustavo Petro, es cierto que hay jóvenes de derecha y puede ser una percepción mediática que la gran mayoría de adeptos de esa nueva izquierda sean los jóvenes y en el caso de los más conservadores, personas más maduras.
Yo estoy seguro que un país tan prolífico como este debe tener mejores candidatos, pero lamentablemente el dominio de los partidos es un lastre que atormenta a muchos países en el mundo, es desgastante ver tanto conflicto y personas discutiendo en redes sociales, en las calles, en cuanto medio hay, descalificándose como seres retrogrados y anacrónicos sin encontrar un concenso o empatía en sus connacionales, y si extrapolamos esto al conflicto armado queda retratada nuestra idiosincrasia , nuestra disonancia cognitiva tan afluente.

Los Colombianos tomamos pésimas decisiones, no todos son tan imbéciles en nuestro país pero somos exacerbadamente pasionales, así que es probable que haya una disrupción negativa.

Sino miremos Medellín, Bogotá y Cali. Pésimos alcaldes .