"¡Maldito el hombre que confía en el hombre!" (Jeremías 17:5)

"El hombre es lobo para el hombre" (Hobbes)


Lo más terrible de estás frases es cuánta verdad encierran.
En el mundo hay bien y hay mal.
Hay belleza y fealdad.
En el mundo hay luz y oscuridad.
Hay generosidad y maldad.

A veces, los seres humanos pecan por arrogantes, por hacerse los listos, los dominantes.
Al final de la vida o en medio de las tribulaciones, hasta el más grande monstruo clamará por oraciones.
Nadie se escapa de desear ser objeto de un gesto de bondad.
Si mientras estás en las épocas "buenas" malogras el amor y la compasión que te rodea.
Ten presente que, a todos el castigo nos llega.
Nadie se libra de pagar el daño que causa, sea en esta vida o en la otra, aunque no haya lanzas puede ser en forma de añoranzas.
Ten cuidado con los pasos que das en el camino, puede que te hundas, según hayas preparado tu propio destino.
No hay risa en el dolor y no hay temor en la justicia.
Para quién quiere clemencia, de nuevo, fíjate dónde pisas.