El problema es que por apoyar nuestras ideas, preconceptos, conceptos y creencias siempre buscamos una forma de justificarlo todo. Lo cierto es que todos, como seres humanos que somos, siempre tenemos intereses particulares que alteran nuestros pensamientos y acciones, y no hay motivos para pensar que los políticos sean diferentes. De derecha, de izquierda, de centro, de cualquier vertiente política, todos son seres humanos con sus conflictos de interés y su pensamiento. Y cada uno de nosotros, como seguidores de algunos o varios de ellos igual, con nuestros intereses los apoyamos, porque son más convenientes. Pocas personas en la historia han "estado libres" de este tipo de conflictos (y puede que no, pero es la versión de la historia que nos dicen): Martin L. King, Jesus, La madre teresa de calcuta, Sócrates.