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#1 |
Denunciante Dorado
 |  La trilogía de ‘Bill y Ted’, un homenaje a la música, la historia y al amor (¡Atención: spoilers!)
Calificación: de
5,00
 | Sin agendarla, me acabo de echar una maratón de las tres películas protagonizadas por Keanu Reeves y Alex Winter en un periodo de 31 años. En contra del consenso general que parece calificar -ligeramente- a estos largometrajes como ‘malos’, ‘estúpidos’, ‘prescindibles’, este servidor encuentra original y auténtica a la saga de los simpáticos ‘Wyld Stallyns’. ‘Party on, dudes!’  Con ocasión de la aparición este año de la tercera parte de Bill y Ted, ‘Bill & Ted Face the Music’, mi interés cinéfilo se decantó en las dos primeras partes de las cuales tenía alguna referencia pero que ni siquiera en tráileres se me había ocurrido ahondar. Hoy gracias a dos de mis sitios web favoritos que me permiten ejercer el noble arte de descargar contenidos que en épocas pretéritas me hubiese resultado imposible disfrutar, visualicé al hilo ‘Bill & Ted´s Excellent Adventure’ (1989) ‘Bill & Ted´s Bogus Journey’ (1991) y la que sacaron esta temporada ‘covideña’ el dúo ya casi sexagenario Reeves - Winter.  La impresión que me dejó esta última entrega es la de un cierre perfecto de una de las propuestas cómicas más interesantes dentro del séptimo arte; y quedo con esta sensación, la de ser una idea llamativa, porque si hay algo a lo que no se puede tildar de esta secuela es de ‘acomodada’. Cierto: hay ejemplos notables dentro de la comicidad cinematográfica desarrollados sin embargo dentro de ciertos arquetipos porque: ¿dónde puede uno encontrar como pan caliente la osadía de un guion basado en dos adolescentes que de repente tienen la oportunidad de viajar en el tiempo, al Cielo y al Infierno; de conversar con el diablo y con Dios; de derrotar a la Muerte y luego hacerse amigos y colegas de ella y de que sus hijas, años más tarde, tengan la responsabilidad de liderar a algunos de los grandes músicos de la Historia para con ello conservar el equilibrio del Universo? Bueno: así es como en parte funciona esta historia en general contada muy a los brochazos.  Hay también dentro del mundo narrativo de ‘Bill y Ted’ unos personajes secundarios entrañables: Rufus, una especie de guía y mentor de nuestros muchachos; Missy, una provocativa rubia que logra estar casada con los padres de ambos y… con el hermano de Ted; su intérprete, Amy Stock-Poynton en las dos primeras entregas y hoy conocida como Amy Stoch; el capitán Logan, padre de Ted quien se desempeña en la policía y cuyo intérprete Hal Landon Jr es el otro actor que aparece en toda la trilogía. Y unidos a estos roles, destaco igualmente las pequeñas participaciones y cameos de actrices como la negra mamasota de Pam Grier en la segunda parte o la de Dave Grohl, ex Nirvana y líder de Foo Fighters en la reciente parte.  Si en la primera parte Bill Preston y Ted Logan se dedicaron a reclutar del pasado a Napoleón, Billy The Kid, Sócrates, Juana de Arco, Abraham Lincoln, Sigmund Freud y Gengis Khan para tratar de ganar su presentación oral de Historia y así no perder el año (y para que a Ted no lo llevaran a un campamento militar), en la ‘peli’ del 2020 sus hijas Thea (interpretada por una sobrina del actor Hugo Weaving, Samara Weaving) y Billie respectivamente, se encargaron de juntar a Jimmy Hendrix, Louis Armstrong, Mozart, a una flautista china que sinceramente vengo a descubrir llamada Ling Lun y a una… cavernícola africana, sí, para armar la mejor banda de todos los tiempos. Esto para mí tiene mucho sentido porque equilibra el arco argumental desarrollado en el largometraje original, y si además le añadimos crisis matrimonial del par de “héroes” con sus esposas inglesas medievales pero que ya están claramente adaptadas a los dos últimos siglos que hemos vivido pues… mejor que mejor.
Honestamente, siento que pude escribir algo mejor pero esto fue lo que me salió. Si pueden, denle una oportunidad a esta trilogía pero eso sí, dejando las rigideces a un lado. Sean buenos entre ustedes.
 Por Soyado
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