Debe ser algo surrealista ver gente vendiendo cubetas de huevos en las puertas de un prostíbulo. Quien sabe que pueda estar pasando por las cabezas de los dueños de esos locales. Eso sí, una cosa es segura, ellos no están pensando en mejorar la infraestructura de esos negocios.

Hablando de los cuatro grandes, esos lupanares nunca van a mejorar ni su servicio ni sus instalaciones, para mi quedaron estancados por allá en la década del dos mil, pase muchos años por fuera y cuando regrese casi todo estaba igual, lo único que cambio fue el acento de los guardias por demás todo lo mismo, como alguien dijo por ahí: el único mantenimiento que le hacen a esos sitios es recoger las botellas de cerveza y las colillas de cigarrillo de los orinales.

Es más, tanto que presumen esos Hps DJs y la verdad no he visto que ninguno de esos chuzos invierta en un buen sonido o que tan siquiera así sea en lo más mínimo hagan un esfuerzo por actualizarse y no estar poniendo las mismas hps guarachas todo el tiempo, también fastidia el humito Mrk ese que se la pasan tirando particularmente en Troya.

Hace un par de años los de Fiebre compraron un sonido potente pero lo colocaron a la maldita sea sin analizar ni un poquito la acústica, poniéndolo a todo volumen todo el tiempo para que los peatones crean que eso esta prendido sin importar si a los clientes que esta adentro le vibren los tímpanos y les duela la cabeza y se les olvide que están cachondos y desean pagar por sexo, y si todavía les quedan ganas no tendrán manera ni de charlar ni de escuchar un cazzo y tendrán que negociar el polvo con señales.

Es que ni siquiera en lo mínimo, recuerdo que uno de esos chuzos tenía una habitación que no le servían las chapas, con un empujón se abrían las puertas y en una de esas uno quedaba culeando a la vista de todos. Los catres no eran mucho mejores o más limpios que los de muchos negocios afuera de hecho creo que ya hay habitaciones muchos mejores incluso por la cuadra de las peganteras.

Al menos doña ramona ha cambiado algunos pescados de la pecera.

Hay algunos que no les gustaba mucho el Castillo pero ellos reinvertian y hacían mejoras y al menos trataban de mantener limpios los catres, pensándolo bien debe ser por esa razón que el resto de chuzos nunca le invierten un peso a sus negocios, como es evidente, sus ingresos gruesos no son propiamente del lenocinio o de la venta de licor y entonces es mejor no “mejorar mucho” para no llamar demasiado la atención.